Fragmentos de una mujer

Cuando todo se desmorona, preferimos callar para que el silencio hable por nosotros.
Cuando todo se desmorona, las relaciones se enfrían como ocurre con la llegada del invierno y el amor se desinfla como un balón de pilates.
Cuando todo se desmorona, algunos tratan de olvidar mientras otros niegan la realidad.
Cuando todo se desmorona, la ciencia y la fe religiosa dejan de tener sentido. Quizá la ciencia no tenga respuestas para todo y quizá el único pecado de Eva fue morder la manzana para hacer germinar las semillas de su interior.
Cuando todo se desmorona, somos más vulnerables a la tentación, a la perdición, a los vicios.
Cuando todo se desmorona, la culpabilidad va por dentro y la justicia pasa a un segundo plano.
Cuando todo se desmorona, unas simples fotografías se convierten en el único recuerdo para traernos de vuelta a nuestros seres queridos.
Ni siquiera cuando todo se desmorona dejamos de ser personas.

Sobre esto trata "Fragmentos de una Mujer". Sobre las heridas que el tiempo cura. Sobre los puentes que construimos para empezar de nuevo, para dejar atrás, para reconciliarnos. Sobre saber perdonar. Sobre saber olvidar.

Fragmentos de una mujer en llamas iba camino de convertirse en una de las películas del año. Sus primeros 30 minutos son simplemente magistrales, de una angustia emocional aplastante y con una narración de funcionamiento perfecto.
El problema de la cinta de Kornél Mundruczó es que, durante el resto del metraje, no mantiene ese nivel. Una vez ocurre el acontecimiento que marca para siempre la vida de los personajes, la cinta se vuelve más convencional y menos impactante. De hecho, cae en bastantes tópicos (el personaje de un excelente Shia LaBeouf, que hacía mucho que no estaba tan bien) y no se diferencia en demasía de otros dramas familiares-judiciales que se pueden ver en televisión cualquier domingo por la tarde. Si se diferencia, porque sí se diferencia, desde luego, es por el tono tan duro de la narración y por la reflexión que hace el guion sobre cómo una tragedia puede hacer que los afectados se distancien emocionalmente de todo y de quienes los rodean. Este es el caso de Martha, una mujer anulada, de mirada perdida, a quien ya le da igual 8 que 80, que se replantea su vida e incluso una relación de muchos años con el padre de su hija. Ahí es donde triunfa la película del realizador húngaro. Ahí y en el excepcional reparto, coronado por una excepcional Vanessa Kirby (qué pedazo de actriz) y una no menos soberbia Ellen Burstyn. Si hay justicia, ambas deberían estar nominadas a todo en esta temporada de premios, porque se lo merecen.
Pese a todo, una película más que notable y, quizás sí, de las mejores de un 2020 en el que apenas hemos tenido cine destacable por las circunstancias de la pandemia.

Lo mejor: Su tono, duro y sin concesiones, y las interpretaciones de todo el reparto, especialmente unas excelsas Vanessa Kirby y Ellen Burstyn.
Lo peor: Se desinfla y se vuelve más convencional tras su primera y magistral media hora.

Dramón sobre la pérdida y las consecuencias de la misma en el seno de una joven pareja. Durante un parto en casa la bebé muere y los padres quedan devastados, desencadenando una suerte de consecuencias emocionales que afectan a todo su entorno.

Perfectamente podría haberse titulado "Fragmentos de una pareja" ya que solo al final se centra el foco en ella, pero durante la mayor parte del metraje vemos como las consecuencias de la pérdida afectan tanto a una como al otro. Pero estamos en una época en que hay que centralizar la atención sobre la mujer. Bienvenido sea, claro que sí, pero que el contexto acompañe. Sobre la alabada escena inicial a mí se me hizo un poco larga, aunque entiendo que técnicamente es de una factura notable. Menos aceptable es que el bebé que vemos recién nacido parezca tener ya tres meses, cosa por otro lado habitual cuando de bebés en el cine se trata.

Coincido en que a partir de ese momento la película languidece hasta atravesar pasajes verdaderamente tediosos, y que solo repunta en momentos concretos que parecen escritos para que las dos actrices principales se luzcan. Entre medias, el bajón es importante. Es de agradecer que solo busquen el efecto lacrimógeno puntualmente, y de lamentar que se acuda al cliché del alcohol, las drogas y los cuernos como vía de escape a la tensa situación que viven los protagonistas. Confieso que la cosa pensaba que finalizaría haciendo hincapié en algo que al final no fue. En Espoiler.

*La tragedia en el nacimiento

Los primeros minutos de Fragmentos de una mujer (Pieces of a Woman) son vertiginosos, mostrando casi a tiempo real una escena de parto. Desde este punto se plantea el tono de la película y como la actriz Vanessa Kirby, empieza su actuación soberbia. Minutos de angustia muy bien rodados, concluyen en el punto de inflexión de la cinta, la muerte de la recién nacida.

Quizás se tarde demasiado en plantear el nudo de la historia, pero la manera en que se muestra esta escena, de manera realista y cruda, consiguen que empaticemos con estos padres primerizos. El parto en casa, es llevado por una comadrona, que, tras el fatal accidente, es culpada de negligencia, mientras que la pareja se rompe poco a poco debido a esta pérdida.

El intimismo de Fragmentos de una mujer (Pieces of a Woman) se muestra en cada fotograma, rodada siempre en planos cercanos y principalmente interiores, para crearle la sensación al espectador de estar en el lugar mientras se acontecen estos hechos. Esta sensación es vital, porque la fuerza de la película reside en los diálogos y como se construyen y deconstruyen las relaciones personales.

*Un cruce de caminos

Los escenarios son imprescindibles. Cada vez que hay un cambio de escenario, los personajes se van transformando. Sus personalidades, metas y deseos avanzan hacia puntos sin retornos, destacando el gran trabajo de los guionistas, con una construcción casi perfecta de sus personalidades.

Frente a esto, la trama se vuelve algo tediosa, donde unos personajes muy bien desarrollados no tienen mucho que decir los unos y otros. Con caminos casi predeterminados, donde las charlas entre solo consigue retrasar lo inevitable.

Todo esto marca claramente el pasado teatral de esta historia, donde como libreto esta historia es profunda y penetrante, pero peca de no seguir un ritmo narrativo propia del ámbito cinematográfico. Quizás resumiendo parte de la trama, y centrándose en elementos con mayor carga dramático, Fragmentos de una mujer (Pieces of a Woman) sería más atrapante.

*Justicia y perdón

Los duros hechos narrados en Fragmentos de una mujer (Pieces of a Woman) nos hacen reflexionar sobre las injusticias que la vida puede plantear. Muchas situaciones duras que truncan nuestra vida simplemente suceden por casualidad. En este caso, con la pérdida del bebé se deja en suspenso si realmente la comadrona tuvo la culpa de su muerte o no.

Frente a esto, se producen diversas reacciones, siendo el perdón y la asimilación de los hechos la mejor manera de pasar página. Aislarse o negar los problemas solo los acrecientan más, y esta sabia lección se refleja en el film.

Fragmentos de una mujer (Pieces of a Woman), en su intimismo y ficcionalidad nos plantea un escenario sobre un drama en muchas parejas, ya que la experiencia de perder a un hijo recién nacido puede ser muy traumática. Es de valorar que reflejen estos problemas, y lo hagan con la delicadeza necesaria.

*Conclusión

Fragmentos de una mujer (Pieces of a Woman) no propone un ritmo atractivo, aunque si unas reflexiones y una historia emotiva, donde por medio de un caso concreto, todos podemos reflejarnos de alguna manera en los protagonistas, y sus actitudes frente a la adversidad.

Los papeles de Vanessa Kirby y Shia LaBeouf han sido sorprendentes, dejando claro que el actor se ha afianzado en el cine independiente, tras American Honey y Honey Boy, y que la actriz es una de las claras candidatas a ganar el Oscar a mejor actriz este año.

Escrito por Max Reyes Hutinel

Se habla mucho de la escena inicial del parto pero, teniendo en cuenta que puede ser también una noche/o día entero de contracciones, no me parece tan excesiva la secuencia (aunque lo sea, y seria, por otros motivos diferentes -recordemos, de paso, la excelente "Roma", de Cuarón-).

Vanessa Kirby se entrega, sí, a distancia de su desenfadada 'Margarita' en "The crown" (por algo son actrices desde luego) y en cuanto a Ellen Burstyn, aunque está un poco encasquillado el personaje, le adivinas toda la trastienda tan solo con su expresión. Mención especial también para la prima 'adúltera', con caché.

Pero lo más importante de todo es ese plano final, en pleno apogeo de un juicio, y el manifiesto de esa madre, rota y vuelta a componer en pura defensa del azar, más la simple sugerencia, previa, de un buen librero experto dando pie a mucha esperanza... Y vivan siempre l@s manzan@s ;)