El matrimonio de Maria Braun

La amarga fábula de Fassbinder sobre el milagro económico en Alemania después de la guerra. Hanna Schygulla interpreta brillantemente su papel como mujer del soldado, que tras la guerra se entera de que su marido está vivo y va a volver, comenzando entretanto a construirse una próspera existencia.

El matrimonio de Maria Braun (que junto con Lola y La ansiedad de Veronika Voss forman una trilogía sobre la Alemania de posguerra) se presentó a concurso en el Festival de Berlín de 1979 y a los alemanes no les gustó nada la forma en que Fassbinder excavó en los años del Milagro Económico, pero con el tiempo se convirtió en la película de Fassbinder con mayor éxito a nivel internacional. Se la puede considerar como la síntesis de todos los logros que han caracterizado las obras de Fassbinder.

Me resultan más interesantes otras películas de Fassbinder, concretamente cuando explora los perversos y nocivos principios en los que se se basa la burguesía, todo un cáncer social, como se observa en La ley del más fuerte o Todos nos llamamos Alí, todo un alegato al desprecio por las mentes "bienpensantes", su hipocresía, su arribismo y su rancia moralidad.
El matrimonio de Maria Braun impacta por su parábola entre Maria-Alemania, la actuación de Schygulla y la valentía de mostrar una mujer así de fría, a la que espectador odia, por arribista, o admira, por su capacidad de supervivencia al medio. Me quedo con la segunda opción, y sí veo que sus actos sean producto del amor por su marido, lo que ocurre es que es un personaje tan amoral que a veces parece que la situación, supuestamente controlada, se le escape de las manos. Muchas actrices de hoy en día pagarían por un papel tan suculento como este.
¿Lenta? Es cierto que le falta ritmo, y en algunos pasajes se hace repetitiva. ¿Emociona? No, incluso algunos giros de guión resultan forzados. Sin embargo, insisto en la valentía de crear un personaje femenino tan potente y tan ausente en el cine actual. ¡Qué gratificante sería tener en la actualidad a Fassbinder haciendo vudú a la sociedad del nuevo milenio con su cine!

Es una película con el sello de Fassbinder. ¿Qué tiene una película de Fassbinder? Siempre tiene tacbaco, sexo, relaciones de pareja complicadas y situaciones inverosimilmente duras. Es una gran película del director alemán que logra atraer a cualquiera que pueda verla.
La protagonista es Maria, una mujer que se casa en una Alemania arrasada por la Segunda Guerra Mundial con un hombre que irá al frente. Finalizado el conflicto bélico, su marido no volverá y aparecerá en un listado de desaparecidos. Maria necesita sobrevivir y con esos fines, comienza a prostituirse, deviniendo en una relación con un soldado negro americano, El esposo reaparece de entre los muertos y le cambia el panorama a Maria.
Maria se obsesiona. Ella ama a su marido y da otro giro rotundo a su vida. Ella avanza, como Alemania, decide y se equivoca, pero nunca cambia el objetivo ni se arrepiente. Maria sostiene su pasado, no concibe cambiar ni abandonar a su marido.
Hanna Schygulla hace un papel notable como Maria y Fassbinder asoma con planteos y preguntas que nos hacen sonreír entre el desamparo y el humor, ambientada entre 1940 y 1954, entre la guerra y el campeonato mundial de futbol.

"Soy una maestra del engaño: herramienta del capitalismo por las mañanas y agente de las masas proletarias por la noche"

Mediante la hipnótica presencia de Hanna Schygulla, el controvertido realizar germano Rainer Werner Fassbinder elabora un interesante retrato sobre la situación de su país tras la Segunda Guerra Mundial, en un Berlín dominado por los aliados y con una sociedad que va perdiendo poco a poco su identidad.

La escena inicial preludia lo que vendrá a continuación, con una escena donde un bombardeo sorprende a una pareja en plena ceremonia matrimonial en el registro civil. Los títulos de crédito en tono rojo sangriento inundan la pantalla. Que comience el espectáculo.

La obra del cineasta alemán cuenta la odisea de una mujer que ha perdido a su marido en la guerra y tiene que subsistir como puede, ejerciendo la prostitución o trabajando de secretaria en una empresa textil. Maria es inteligente, atrevida, activa sexualmente y dispuesta a todo con tal de conseguir lo que quiere, que no es otra cosa que ser una mujer independiente. La llegada de su marido cambiará sus planes, aunque no podrá olvidarse de él pese a sus encuentros con otros hombres.

Fassbinder demuestra de nuevo ser un maestro a la hora de plasmar los sentimientos femeninos, algo que se repite con frecuencia a lo largo de su filmografía. La capital alemana es mostrada como en la famosa película de Rossellini, en ruinas y sumida en la pobreza, donde cada uno tiene que buscarse la vida como puede, acudiendo al mercado negro para conseguir algo que llevarse a la boca.

Una obra con excesos melodramáticos, pero muy interesante.

Puede ser la única obra que "suene" al gran público de Fassbinder. Clásico del llamado nuevo cine alemán. Trata de la reconstrucción paralela de Alemania tras la segunda guerra mundial (con el llamado milagro económico de trasfondo) y el de la vida de María Braun (Schylluga), una mujer que al día y medio de casarse pierde a su marido al tener que ir éste al frente. Sin olvidarlo jamás y respetando en lo posible su matrimonio -inevitable sexo puntual- intenta seguir adelante, hasta que su marido vuelve (cuando ella ya lo creía muerto) y María se encuentra en una comprometida situación amorosa con un oficial del ejército americano (negro, referencia al racismo nazi). Fassbinder habla de la perpetua carestía del amor, del matrimonio que parece no poder cristalizarse nunca, hay una sarcástica visión del nazismo, se pone más que en duda el milagro económico. Con alguna laguna narrativa, estamos ante una película, pese a todo, magnífica, más fresca y sosegada (pese a la multitud de acontecimientos que suceden) que los terribles dramas homosexuales de su autor, con una realización más clasicista. Aquí el amor sí existe, pero es imposible consumarlo, asirlo, y estalla ante el contexto social, político o anímico. Constante presencia de Schylluga.