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Gloria de un día

Drama. Romance Una ingenua y joven actriz llega a Nueva York en busca de fama y romance. Una romántica historia de amor para un film que, según la crítica americana, no ha soportado demasiado bien el paso del tiempo, y que debe gran parte de su fama a ser la película que permitió a la gran Katharine Hepburn -en su tercera película- llevarse su primer Oscar. (FILMAFFINITY)
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Críticas 10
Críticas ordenadas por utilidad
14 de enero de 2012
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La vi por primera vez el 14 de enero de 2012, y viéndola de nuevo, tengo más cosas que decir. En su día comentaba que este personaje no le hace justicia a Hepburn, y encima con ese final tan teatral y extravagante .

Tengo que añadir a este segundo visionado, que realmente Hepburn hace un buen papel, al principio de pobre chica de pueblo que se quiere comer el mundo pero con una actitud algo añiñada. Con un cambio al final de actriz ya casi veterana.

No me resultado muy atractivo el resto, donde los hombres de negocios tenga corazón, porque realmente dudo mucho que sea así hoy en día ni antes.

La manipulación de los hombres para controlar a las mujeres, es un buen tema a tratar, pero también los aires de grandeza de ciertas mujeres.

Es todo un barullo, que quizás por eso no se mantiene en el recuerdo de mucha gente esta película.

Le mantengo el 6
edugrn
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7 de marzo de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creo que coincidimos la mayoría en que estamos ante una película blandita que se sostiene única y exclusivamente por Katharine Hepburn. Una chica de provincias que llega a la gran ciudad en busca de ese papel que la haga triunfar. Una chica que no se achica ante la grandeza de la fama y que hace suyo el triunfo aún estando borracha. Una chica como Katharine, como Eve Lovelace.

Acompañada de una gran banda sonora nos metemos en el mundillo del Broadway de los años treinta, en medio de las aspiraciones de las estrellas del momento y de las dificultades que entraña el ascenso a la fama con una Nueva York de fondo que era tan impresionante como lo es ahora. Merecido Óscar a una actriz que supo cargar en sus espaldas el peso interpretativo de una película floja que, sin ella, hubiese pasado con más pena que gloria o, a lo sumo, como Gloria de un día.
Yo mismo (o no)
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9 de febrero de 2011
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La historia de esta película tiene que haber sido escrita con previo conocimiento de la vida de Katharine Hepburn, porque habla de lo que ella vivió cuando quiso abrirse paso en el mundo del teatro. Tiene que haber sido escrita para ella porque nadie más, me parece, hubiera podido sentirla como la Hepburn logró hacerlo. Y en su adaptación cinematográfica, el director Lowell Sherman tiene que haber sentido que la historia plena era ella, porque se rodó para Kate y todo el esplendor que rodea el filme lo produce ella.

Se pone uno a pensar en la historia, y siente enseguida que no pudo haber sido más convencional y sencilla: una chica ansía con locura hacer parte del gran teatro y pronto el universo la pondrá en camino, moviendo las fichas necesarias, para que pueda lograrlo. Nada nuevo bajo el sol, pero esto basta y sobra para que, en un corto camino, podamos presenciar el vigor, el empeño, la calidez y la divina magia que era capaz de fluir esa inmensa mujer llamada Katharine Hepburn.

Los personajes que la rodean tienen el toque preciso para aumentar su aura: de un lado, los que comienzan viéndola con indiferencia, hasta que han de presentir lo que antes ignoraban. Y del otro, el divismo pretencioso que siente tener el mundo en sus manos, hasta que el juego de la vida decide poner las cosas en su lugar.

Un Oscar más que merecido para un personaje entrañable que se guarda en el corazón entre lo más bello y preciado que nos ha dado el arte cinematográfico. Y no fue un premio a lo efímero como ha ocurrido en otras ocasiones, fue un presentimiento sabio y maduro de una carrera que estaba llamada a alcanzar las más altas cimas del éxito y el profesionalismo.

Kate se impone desde aquí, como un ejemplar de mujer digno y especial, que debería se tomado en cuenta por todas las chicas del mundo que aspiren a dar una sólida simiente a sus existencias. Ella es ejemplo de superación, de perseverancia, de fe en sí misma, de lucha contra toda detracción del sexo femenino… y sobre todo, es ejemplo de definición por lo que se ama y de profesionalismo a toda prueba para poder vivir siempre con la frente en alto.

Una frase suya da cuenta de lo claro que Katharine Hepburn tenía el concepto del amor para el cual siempre vivió y por el cual ha logrado la inmortalidad: “El amor no tiene nada que ver con lo que esperas conseguir, sólo con lo que esperas dar. Es decir, todo”.

“GLORIA DE UN DÍA” concluyó de una manera que me resultó tan abrupta que me hizo exclamar: “¡Quéee… ¿cómo así que ya se terminó?!” Pero, esa es la expresión de alguien que está fascinado con el personaje y que quisiera preservarlo ante su vista al menos por unas horas más.
Luis Guillermo Cardona
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17 de mayo de 2023
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Tiene bastante de pionera en lo referente al lenguaje cinematográfico, ya que el cine sonoro acaba de nacer y está aprendiendo a expresarse.

Trama sencilla, ágil y fácil de seguir, según una obra de Zoe Atkins (poeta, dramaturga, premio Pullitzer…)

Se desarrolla en poquísimos escenarios, con bastantes personajes, prácticamente todos pertenecen al mundo del teatro de Nueva York. Esto y ciertos diálogos, le acercan a teatro filmado. Pero hay que reconocer buena fotografía, en todos sus aspectos, tanto en planos cortos como generales.

La protagonista es Linda Lovelace, interpretado por K. H.

Los demás personajes, (un casting excelente) están bien diseñados, pero no tienen ni de lejos la importancia de la joven actriz ilusionada por triunfar, con sus fantasías pueblerinas, que se gana la simpatía de casi todos (la excepción son otras actrices, ya famosas; por fuerza, son rivales potenciales, con el merito de ser presentadas con mucha gracia e ironía)

Es coetánea de “El testamento del doctor Mabuse” una gran película con novedades en el Séptimo Arte, por ejemplo el magistral uso del sonido, pero cuyas interpretaciones todavía no se han librado del estilo y expresiones corporales del cine mudo, a diferencia de ésta, que es su punto fuerte y por lo que brilla en calidad.

La ví en versión doblada. Al parecer, la grabación original, con las voces de los actores, presenta algunas deficiencias, ya que los micrófonos solían estar en los floreros.
Sal Paradise
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12 de agosto de 2021
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
En su día supuso, y por ello es recordada, como el primer papel que le reportó
un Óscar a Katharine Hepburn, es decir, su primer galardón.
Más allá de eso, en los años en los que se estrenó supuso un drama bien cuidado en el plano estético y no digamos en el interpretativo. Sin embargo, vista hoy en día (17-6-10) claramente se comprueba que ha pasado de moda, quedando en un film ya antiguo, aunque entrañable en las pormenorizaciones de las distintas disyuntivas, anhelos y esperanzas de la protagonista.
Un papel nada fácil, que la Hepburn sabe llevar a su terreno, mostrándonos diferentes matices, unas veces reflexivos otras un tanto desaforados, como la larga escena final, que tanto debe (en mi opinión, negativamente) al cine mudo, bastante cercano en la época.
Algo trasnochada, se puede ver porque no aburre, es corta (no llega a 80 minutos) y por ver a una gran señora de la interpretación.

https://filmsencajatonta.blogspot.com/
Baraka1958
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