Lagaan: Érase una vez en la India

Por muchos, pero muchos años, los colonizadores ingleses abusaron -en todas las acepciones y aplicaciones de esta palabra- del pacífico pueblo hindú. Uno de estos abusos se llamaba el Lagaan, impuesto en especie (trigo, arroz, maíz…) que cada campesino debía pagar como tributo a su Rajá, el cual se quedaba con una parte y el resto lo daba a los verdugos británicos.

En 1893, en uno de aquellos pueblos donde se vivía de la agricultura, un capitán inglés deseoso de alimentar su ego, ante la petición que le hacen sus moradores, en cabeza del joven y enérgico Bhuvan, de condonarles el impuesto dada la escasez de lluvias, los reta a jugar un partido de cricket, ingleses vs hindúes, el cual tendrá lugar en un plazo de tres meses y del resultado dependerán tres años de perdón del lagaan o la paga ese mismo año del doble del impuesto.

Así comienza esta colorida, musical, entretenida, aleccionadora y exitosa película, con la que, la Aamir Khan Productions, obtuvo una de sus mayores cimas comerciales y consiguió los primeros premios de la Academia Internacional de Cine Hindú (El premio popular a la mejor película, director, guión, actor y otros, y el premio a la excelencia técnica por edición y sonido).

No obstante su larguísima duración (215 minutos), la historia te atrapa fácilmente cuando ves la singular manera como esos variopintos personajes del pueblo, se preparan en un juego del que conocen muy poco, y sólo con la generosa ayuda de Elizabeth, la preciosa hermana del capitán Russell, consiguen asimilar gradualmente.

Historia de explotación y maltrato, pero sobre todo, de fe, perseverancia, confraternidad, adulto triángulo amoroso, superación de viejas y rancias tradiciones… y una manera sencilla, pero muy hermosa, de cantarle a la vida, a la esperanza y al amor.

De no haber ocurrido que, con algunas de las cosas que aquí suceden, sentía un clarísimo aroma a cliché… Si no me hubiese acordado de tantas viejas películas a medida que la historia iba avanzando… Y si no fuera porque el guión falla sensiblemente con el personaje de Lakha, el musulmán traidor, hermano del buen Ismail, quien desaparece cuando esperábamos de él un punto alto en el drama, creo que “LAGAAN” sería otra de esas realizaciones que, mis amigos hindúes, están haciendo con total derecho a las más altas notas.

En tiempos de la Reina Victoria, el Imperio Británico era el más extenso y poderoso del planeta, y la India era la joya de su corona colonial. Los británicos llegaron allí para apoderarse de sus riquezas y controlarlos, prometiéndo a los majarajás protegerlos a ellos y a sus pueblos de los otros majarajás. Pero con la condición de recibir una serie de impuestos, llamados lagaan, consistentes en una parte de la cosechas de los campesinos, que estos entregaban a sus rajas y estos a su vez se los daban a los colonizadores británicos asentados en las provincias a lo largo y ancho del subcontinente.
En esta situación, y tras varios mese sin una gota de lluvia a pesar de estar en época de monzón, los habitantes de la aldea de Champaner se ven obligados a pagar el doble de impuestos, no por imposición de sus gobernante, conocedor de sus precarias condiciones, sino de los británicos del asentamiento próximo a la aldea. Llevados por la deseperación, los aldeanos liderados por su jefe deciden ir a ver al raja y pedirle que se los retire. pues los campos no producían nada debido a la sequía. Allí descubren un extraño juego de los colonizadores, que tendrán que aprender a jugar después de que el prepotente sargento británico Russell retara a Dhuvan en una apuesta que puede suponer la salvación o la perdición tanto para él comno para todo su pueblo. A partir de ahí comienza una historia de superación, valentía y coraje, en la cual los aldeanos intentarán librarse del yugo que los oprime gracias a esa apuesta, y que se funde y se matiza con otros valores como la fraternidad o la camaradería, sin olvidarnos de la historia de amor.
Gran cinta de Gowariker, en las que deja ver su seña de identidad, como luego hará con " Swades", mostrándonos a las clases más humildes de la India, con sus penurias, su dolor, su impotencia, pero también sus alegrías, en una trama que consigue fundir cierto componente social con los bailes y el colorido propios del musical, como componente esencial y de refuerzo de las emociones de la historia, y con la excelente banda sonora de A. Rahman. Debiendo tambien mencionar los grandes papeles que consiguen crear Gracy Singh, Rachel Selley y , especialmemte, Aamir Khan, como componente esencial de esta película, que llegó a estar nominada para un óscar en 2001 (siendo el tercer film de Bollywood en conseguirlo) y que bien podía haberlo ganado.

Preciosa y alegre película de Bollywood dirigida por Ashutosh Gowariker y protagonizada por Aamir Khan y Rachel Shelley. Ambientada en la India colonial, un grupo de hindúes ayudados por una chica de clase alta británica concursan en un partido con los ingleses. Con gran fuerza audiovisual la película es larga, pero pasa rauda y alegre, e hipnotiza con los ritmos hindúes. Los personajes están muy bien caracterizados, Aamir Khan, perseguido por la pesada Gracy Singh muestra su lado más cómico y guerrero, compaginando las vistosas coreografías con la interpretación. Gracy Singh como si tuviera pilas alcalinas canta y baila como nadie. Y Rachel Shelley muestra la belleza y la bondad de su personaje. Bonita, es un placer para la vista, con personajes cómicos y entrañables.

Una preciosa película donde no solo se aprende sobre la cultura de la India, sino que se predica el amor a Dios sobre todas las cosas y el respeto por la vida humana y animal, también una película de caracter social donde muestra como abusaban los poderosos cobrando los impuestos a los más pobres, destacando también de la película la maravillosa danza hindú, el canto, contiene los elementos artísticos y religiosos. Vale la pena verla.

Yo, que claramente estoy en contra de la actual tendencia de alargar hasta los 120 minutos las películas, nunca pensé que podría decir esto: “a Lagaan no le sobra ninguno de los 224 minutos que dura el metraje”.


La película me ha parecido un disfrute. Sin duda es predecible como cuento de Disney, donde el pueblo oprimido acaba venciendo, donde hay un malo “malísimo” y donde el esforzado protagonista acaba con la chica guapa tras una disputa amorosa con una tercera.

Es cierto que las actuaciones, a excepción del protagonista (Aamir Khan) son flojas y algunas caricaturescas. También que las coreografías parecen videoclips “corta-pegados” en la película, y que los play-backs parecen de Milli Vanilli, pero la ternura de la historia te engancha hasta tal punto que te hace partícipe de la heroica gesta.

Una de las tres películas indias nominadas a mejor película extranjera.