Niños robados

Sorprendentemente nadie haya realizado una crítica aún de esta hermosa película. Hoy saldrá del limbo de las ignoradas.

Por el título me esperaba una película de secuestros, síndromes de Estocolmo o cosas por el estilo. Nada más lejos de la realidad. La película trata sobre el robo pero no de niños sino de su inocencia, de como aunque se intente ayudar el sistema en el que vivimos lo impide, de como esta sociedad está podrida y de como seguir teniendo presente los derechos del niño.

Empieza con dureza, poniéndote en una de las situaciones más duras en las que un niño puede criarse. La única solución que hay es ineficiente pero como es la única sólo queda tragar. Consigue desesperarte y te abruma lo agradecidos que son los niños cuando se les deja ser niños. En poco más de una hora los quería y deseaba poder hacer algo, pero al mismo tiempo te rompe ver que su fin es inevitable.

La actuación de los niños es buenísima, estaré ansioso de ver sus películas posteriores, toda una hazaña ya que los niños suelen ser un Handicap a la hora de valorar.
Guión denso e inteligente, cada mirada y gesto están perfectamente planificados y terriblemente bien empleados.

PALABRA CLAVE: Emotiva.

PD: Un 8 porque se hizo algo lenta.

"Si no hay calor, comunicación, sinceridad con el espectador, no merece la pena hacer cine".

Estas palabras del director italiano definen perfectamente "Il ladro di bambini", el mejor acercamiento hasta la fecha de Amelio al tan amado y recordado neorrealismo que durante la década de los cuarenta y de los cincuenta hicieron del cine algo muy grande. Una vuelta al humanismo, emocionante y cercano, y que no deja lugar a sentimentalismos baratos. Hasta en el título podemos divisar un aire a Di Sica ("Ladri di biciclette"), y también en las formas...y qué formas.

Amelio filma esta historia de inocencia robada con una bonita delicadeza que, con ayuda de un guión sencillo y cuidado, convierte la película en un paseo sorprendente para espectador. Y no solo para éste. Los protagonistas se implican en el espíritu con el que Amelio rueda, con esas pausas, esas miradas contenidas, aguantadas hasta el infinito; silencios que hablan sin parar y relaciones llenas de corazón y sinceridad. Un Enrico Lo Verso en un primer trabajo contundente y lleno de honestidad. Su personaje, Antonio, es el claro reflejo de la bondad y de las segundas oportunidades que da la vida en forma de ángeles y que aparecen sin saber de dónde ni porqué.

Mientras Luciano y Rosetta representan esa sociedad oscura y criminal que hacen de algo maravilloso como la niñez un infierno y que marca a fuego y para siempre. Personajes jóvenes pero de tremenda complejidad. Sobre todo Rosetta. Una niña obligada a prostituirse por su madre, consciente de su desgracia y que intenta en todo momento dejar atrás lo vivido, aún sabiendo que le perseguirá toda su vida. Escenas maravillosas las que tienen los tres protagonistas que avanzan en su conocimiento más íntimo a la vez que se desarrolla ese hilo argumental tan acertado. Los recuerdos que dejarán unos en otros serán tan inolvidables como los que deja en el espectador.

Giani Ameli. Despúes vendría "Lamerica", "Cosí Ridevano" o "Las Llaves de Casa" películas notables para la confirmación de un director que habla con sinceridad al público, si caer en melodramas o lágrimas fáciles, y cuya labor en el cine italiano a día de hoy se puede considerar muy relevante para la continuación de una historia que siempre ha sido bonita: la de Italia con el Cine.

Cine realista en estado puro... de nuevo el genio Amelio no nos deja indiferentes, es una clase obligatoria de humanidad. Lamento que "tan poca gente" la haya visto, una verdadera lástima, ya que supongo que nadie vuelve a ser el mismo después de la proyección.
Transmite valores laicos, una moral que todos llevamos dentro, escondida, pero que el sistema egoísta y competitivo en el que vivimos nos impide mostrar... esto es cine épico, no las patrañas sobre patria, familia, fidelidad y religión y demás propaganda sectaria "lavamentes". Entiendo que Gianni Amelio sea tan molesto para muchos sectores que no quiero nombrar...
El directo, muy aficionado a Dostoievski, puede ser que se haya inspirado en la figura del Príncipe Mishkin de la fabulosa novela "El Idiota", un personaje extremadamente bueno e inocente, "tonto" para casi todo el mundo, pero muy humano.

Confieso que la he visto a trompicones por circunstancias domésticas -es lo que tiene estar en casa y no en una sala de cine- pero me ha parecido una película muy sensible hasta dónde puedo calibrar y la puntuación aquí parece avalarlo también.

Muy bien ese ‘carabinieri’ que tiene que escoltar a dos niños, hermanos y desamparados, y mientras ejerce su custodia en un relato ‘on the road’, tiene que echar mano también de su libre albedrío a tenor de las circunstancias… Y es ese un recurso no siempre bien aceptado, cuando toca ejercerlo, a pesar de su validez.