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Las flores perdidas de Alice Hart (Miniserie de TV)

Serie de TV. Drama Una niña, Alice Hart, tuvo una infancia violenta que proyecta una oscura sombra sobre su vida adulta. Alice, a los 9 años, pierde trágicamente a sus padres en un misterioso incendio, tras lo cual se va a vivir con su abuela June a la granja Thornfield Flower, donde se entera de que hay más secretos que la rodean a ella y al pasado de su familia. A medida que se hace mayor, el viaje de Alice alcanzará un clímax emocional en el que se ... [+]
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Críticas 16
Críticas ordenadas por utilidad
1 de septiembre de 2023
25 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una serie maravillosa y a ratos abrumadora.
Te sumerges en un viaje precioso de hermandad y sororidad.
Trata con mucha sensibilidad el abuso y la violencia que sufren las mujeres.
Además, tiene una fotografía buenísima y Sigourney Weaver está espléndida.
Totalmente recomendable.
Irene
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9 de septiembre de 2023
22 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Comenzaría destacando la belleza y sensibilidad que caracteriza a cada una de las tomas de esta serie. El papel de la naturaleza australiana a veces es, sencillamente, abrumador, tanto como la delicadeza del ojo que la capta. En este sentido, resulta exquisita y un placer para los sentidos.

La serie narra la historia de una saga familiar que regenta una granja donde se cultivan flores a lo largo de varias generaciones de mujeres. La matriarca, June (Sigourney Weaver) es un personaje fascinante, lleno de contrastes, el eje de la trama y la responsable de casi todos los misterios, engaños o mentiras que el desarrollo de los capítulos nos irá desvelando.

La trama, por alguna crítica que he leído, todavía levanta ampollas. Resulta inaudito tras décadas de avances feministas que algunos discursos reaccionarios y negacionistas se estén abriendo paso y calando. Que hombres blancos heterosexuales (entre los que me incluyo) se vean "agredidos" o "señalados" por esta serie demuestra lo mucho que queda por recorrer e invita a reafirmar lo evidente: existe violencia machista, sí, claro que existe un gravísimo problema de violencia contra las mujeres. Quien se vea señalado o considere "ideológica" (sic) esta serie que se lo haga mirar de forma urgente.
Karlosman
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1 de octubre de 2023
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Llegué a «Las flores perdidas de Alice Hart» obedeciendo al providencial criterio que Jorge Pina, con quien en lo que a cine se refiere tantas veces he coincidido, a bien tuvo poner en mi haber. Eso sí, decidida a abandonarla si el primer capítulo no me ofrecía ese mínimo "no sé qué" que te engancha.

El primer capítulo no me sedujo; de hecho me enamoró.

Afrontándola como se afrontan las novelas, es decir, abierta de par en par, página a página; me plegué ante su ritmo imprevisible. No en vano bebe directamente de la obra homónima firmada por la oceánica Holly Ringland y adaptada con corrección por Glendyn Ivin para la gigante plataforma de streaming.

Las escenas, por tanto, no se muestran a través de un juego de lámparas led en pantalla, sino que se deslizan con la delicadeza del dedo sobre el papel de un códice ilustrado, de contenidos ignotos, escritos por una autora anónima [pues podría ser ninguna mujer y cualquier mujer del
planeta], en un alfabeto no identificado y un idioma incomprensible [¿cómo explicar desde la lógica cinematográfica la mera existencia del machismo?]; y al mismo tiempo reconocible por todo el mundo.

Como digo, la historia se nos ofrece a través de un diseño visual hecho a la medida de los cuentos mágicos, para hablarnos de la VIOLENCIA DE GÉNERO [sin plantear que todos los hombres sean iguales] y la resiliencia de las mujeres —aquí flores— que a lo largo de las décadas acabarán pasando en algún momento de sus vapuleadas vidas por la Granja Thornfield; epicentro de aquella donde las flores devastadas encuentran un lugar seguro para la sanación.

Dividida en dos partes bien diferenciadas [por sendas Alice de 9 y 23 años respectivamente] y sus siete capítulos, la trama se desarrolla en tres localizaciones australianas distintas, convertidas por obra y gracia fotográfica de Sam Chiplin y la música de Hania Rani, en un personaje más del reparto. A saber, un pueblo costero azotado por el mar de Tasmania; una especie de santuario gineceo encajado en el valle de Hunter al abrigo de sus colinas de suave perfilado; y por último el desierto aborigen del corazón australiano con el cráter Wolfe Creek como punto de referencia, donde la protagonista habrá de enfrentarse a los monstruos de la infancia, esta vez despierta y paralizada ante una pesadilla de idéntico patrón, repetido con demasiada frecuencia.

«Las flores perdidas de Alice» es más que un bellísimo buqué cuyos créditos capitulares emergen a la manera de la ancestral floriografía, dotándola de una estética particular a medio camino entre la poesía y la ilustración botánica del XIX, para imbuirnos mediante un alfabeto codificado, en algunos de los paisajes inimaginados más bellos de Australia. Sin lugar a dudas el mayor activo de la serie

Nos hallamos ante la fábula de un grupo de mujeres «Fénix» dispuestas a impedir que sus verdugos apaguen sus luces, «reescribiendo su historia, borrándolas, definiendo quiénes son», para demostrarnos, con la voz contundente de la flora salvaje, que NINGUNA mujer maltratada se enamora a priori de un maltratador [todo machista esconde a un encantador embustero que sabe cómo y cuándo actuar].
Que el aislamiento del círculo de apoyo es el primer paso de estos hacia la neutralización de su víctima; para dejarla SOLA.
Que la mentira y el silencio jamas serán medios eficaces cuando de afrontar la verdad y sus terribles consecuencias, se trata. Que el fuego lo purifica todo.

Nos invita a regresar al regazo de la madre/abuela naturaleza, a la veneración de nuestros ancestros y el culto a lo verdaderamente sagrado; nuestra alma y nuestro cuerpo.

Su narrativa es convincente aunque tal vez en el proceso de adaptación, se hayan diluido algunas tramas que a mí personalmente se me antojaban interesantes, como la relación frustrada por factores exógenos de Alice con su vecino inmigrante, finalizada de forma abrupta sin ser de nuevo retomada.

Una Sigourney Weaver áspera, manipuladora, dominante y todavía capaz de transmitir humanidad, en el que me atrevo a decir, su mejor papel hasta la fecha.

Un durísimo relato sobre el empoderamiento femenino, que deja un resquicio para la mística y la belleza de los cuentos contados a la vieja usanza, en pos de la reconciliación con quienes cuidaron de nosotras; con sus aciertos y errores.

*Aprovecho para recomendarte otra miniserie inmensa, basada en otra novela escrita por una autora australiana «Big little lies», de Liane Moriarty; —violencia machista, encarnada esta vez en un matrimonio idílico, eso sí, de puertas para afuera.
Leticia González
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13 de diciembre de 2023
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vengo a dar una opinión honesta, rápida y sin censura, que ya hay demasiada crítica y no quiero sonar repetitivo.

La serie es una maravilla desde el punto de vista audiovisual. Se ve que Amazon Prime comienza a emular a Netflix arteramente en su arte de meter mano al espectador a través de la parte más puramente superficial. Pero es que la parte subjetiva, la de la trama y el guion, empujados por la longitud de la serie (UNA SOLA TEMPORADA Y NO MÁS SANTO TOMÁS), es el verdadero acierto de la serie: una niña que sufre maltrato paternal y cómo afecta esto no sólo a su desarrollo cognitivo-conductual, personal, social y emocional, si no a todo su entorno más cercano. Sin más historias.

Además, hay un par de subtramas sobre el pasado del refugio y sobre una de las actrices secundarias, pero en esencia, se resume en lo ya mencionado. La serie cuenta con las actuaciones de Sigourney Weaver, lo cual siempre será sinónimo de acierto, y de Alycia Debnam-Carey, quien continúa evolucionando notablemente desde su papel en 'Fear the Walking Dead'.

¿La parte negativa? La ideología 'woke'. La meten por un tubo. Son muy pesados. Y sí, amigos de FilmAffinity, hay mucha ideología y mucha sugerencia en la forma de plasmar la idea, y quien lo niegue es porque simplemente está de acuerdo en esta constante reeducación forzada. Y esto es lo que me ha hecho bajarla un punto entero, del 8 al 7. Porque la serie es buena, ¿eh? Y me encanta cómo plantean el maltrato y el desarrollo de las personas maltratadas. Pero sin entrar en grandes detalles, para no hacer espóileres, resulta muy predecible cómo se han vuelto los directores con los arquetipos (y fenotipos) actuales de los personajes representados. Creo que deben salir como 4 hombres blancos heteros en toda la serie, y 3 de ellos son maltratadores y/o depredadores sexuales. ¿Y la mujer que no toma enserio la denuncia de Alice? Caucásica, por supuesto. Por contra, los afroamericanos que salen son siempre buenos, nobles, y extremadamente empáticos. ¿Los indígenas (que por supuesto sólo hablan en inglés)? También. Son cariñosos y muy hospitalarios. Y, como no podía ser de otra manera, la pareja que regenta el refugio tenía que ser homosexual, no vaya a ser que otro hombre blanco hetero saliera como el resto de los de la serie. Pero es que además, y para ya acabar con este tema, resulta inquietante que hayan hecho que una de las mujeres en la relación haga de hombre (serio, pragmático y severo) y otra de mujer (dulce, empática y flexible). Porque aunque parezca una chorrada de cara al desarrollo, y si no ya lo veréis más adelante, ¿Quién creéis que de las 2 hará el papel controvertido?

En resumen, es una muy buena serie, con un notable guion, una buena trama, una buena nómina de actores, una espectacular puesta en escena, y una inmejorable longitud de serie. A verla, venga.
Judas
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2 de octubre de 2023
9 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de un inicio prometedor la serie va de más a menos a medida que se desarrollan los capítulos provocando una perdida de interés paulatina.
A destacar sobre todo la interpretación de Sigourney Weaver y la fotografía pero poco más. Podría haber sido mejor según aventuraban las primeras noticias de la serie pero se queda al principio de su recorrido.
Se puede visualizar para rellenar el tiempo entre cena y hora de acostarse, salvo que se tenga algo mejor que hacer
Si tuviese que responder a la típica pregunta ¿la volvería usted a ver?, contestaría que ni siquiera la empezaría.
elespectadornormal
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