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El caso O'Hara

Cine negro. Drama El abogado James Curtayne (Spencer Tracy), que está superando su adicción al alcohol y que se ha retirado del ejercicio de la abogacía, decide volver para defender a John O'Hara (James Arness) de una acusación de asesinato. (FILMAFFINITY)
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Críticas 9
Críticas ordenadas por utilidad
30 de noviembre de 2010
21 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
John Sturges, conocido especialmente por su gran aportación al western (Conspiración de silencio, Duelo de titanes, Los siete magníficos) realizó alguna interesante incursión en el cine negro, cómo es esta producción poco conocida de principios de los cincuenta.
Spencer Tracy, se mete en la piel de un abogado que acaba de superar una crisis de alcoholismo, y decide por caridad defender a un hombre falsamente acusado de un crimen, teniendo que ir más allá de lo razonable para encontrar las pruebas necesarias que demuestren la inocencia de su cliente.
El film tiene una primera parte bastante prometedora, decayendo un tanto su interés en su tramo final. Sin duda lo más destacable es la meritoria actuación del siempre eficaz Spencer Tracy interpretando al hombre integro que representaba la bondad personificada.
La cinta combina elementos melodramáticos con otros propios del cine negro y policíaco. Resultó en su día, uno de los primeros éxitos de su director, que sin embargo a día de hoy parece un tanto olvidada. Se puede ver con relativo interés aunque no es una obra para enmarcar.
Walter Neff
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14 de abril de 2012
16 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
John Sturges realiza aquí una inmersión dentro del género de cine negro, turbulentos casos, problemas para demostrar la inocencia de un pobre diablo y una trama que se va complicando a medida que el idealista abogado (podría también ser detective privado si se tercia) empieza a tocar las narices de la mafia.

Spencer Tracy es la estrella indiscutible de este drama judicial que cumple todos los requisitos del género, con un perfecto tempo para el inicio, nudo y desenlace. El alcoholismo que recientemente ha superado el personaje y su relación afectiva con su hija son de lo más humano del film, aunque durante su desarrollo algunas partes se hacen más pesadas, o, mejor dicho, se nota el efecto del tiempo que ha erosionado su metraje.

Con un buen reparto y la siempre alentadora presencia de Tracy, el film avanza, convenciendo al espectador, aunque carece de ese punto de genialidad que "El proceso Paradine" o "Testigo de cargo" si tienen para traspasar los encorsetamientos de su género y lograr una trascendencia mayor para las futuras generaciones.

El caso O´Hara puede salvar una tarde aburrida, que no es poco.
El Libanés
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6 de junio de 2012
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mencionar a John Sturges es nombrar a un director importante en el mundo del cine, que constituye un referente sobretodo en el western, siendo el genero en el que más destaca, Escape From Fort Bravo; Conspiración del silencio; El sexto fugitivo;Duelos de titanes; El último tren de Gun Hill; y Los siete magníficos, son los títulos en este genero en el que destaco, pero también dirigió otros clásicos como La gran evasión y El viejo y el mar, la características de su estilo de dirección, poniendo en cada película su sello particular, siendo lo más representativos, su economía narrativa, las escenas trepidante de acción, diálogos concisos, personajes solitarios, han hecho que se considere a Sturger en como autor más que un artesano, aunque se trata de un tema que pueda entrar en discusión sobre en que categoría entraría el director, lo que no se puede discutir es en la calidad de sus películas.

The People Against O'Hara, entraría dentro de la películas del genero del cine negro,en donde James P. Curtayne (Spencer Tracy)un abogado famoso penalista, que tan sólo ve casos civiles en la actualidad, por la enorme presión que le genera ejercer en la vía penal, lo que lo llevo en su oportunidad al alcoholismo, encontrándose en recuperación, gracias a la ayuda de su hija Virginia 'Ginny' Curtayne (Diana Lynn), la que lo cuidara, pero esta tranquilidad se ve alterada por unos padres que quieren que represente a su hijo Johnny O'Hara, que es acusado de homicidio, el en primer momento le dice se mostrara renuente a tomar este caso, al igual que su hija, debido a su problema, pero a la continua presión y al darse cuenta que es el único abogado que verdaderamente lo puede ayudar, decidirá tomar el caso.

El caso de Johnny es complicado, todo esta en su contra, no tiene coartada, existen pruebas que lo implican como el autor del crimen, aunque Curtayne cree en la inocencia de su patrocinado no tiene ninguna para desvirtuar las acusaciones de homicidio por parte del brillante Fiscal, además de sentirse que tal vez su tiempo como gran abogado ya paso, es por tal motivo que recurrirá a a pagar un testigo para que declare a su favor, perjudicando aun más la situación de su defendido y la suya, por lo que tomara la decisión de iniciar su propia investigación y revelar el misterio que O´hara se resiste hacerlo, en donde todo hace presumir que la mafia está implicada
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
dylan thomas
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20 de julio de 2015
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Comienzo mi crítica con dicho título, porque este actor siempre me ha puesto los pelos de punta con sus actuaciones. Podrán gustar más o menos sus películas, pero su forma de manejarse delante de la pantalla con esa solvencia y soltura, me llenan por completo.

John Sturges nos mete de lleno en una historia muy interesante y oscura, donde el abogado interpretado por Tracy, se halla retirado ya de casos criminales y se dedica a cosas banales sin gran importancia, alejándose no solo de esas dificultades laborales, sino de su adicción al alcohol. Y donde su hija tiene un papel vital, ya que aún deseando casarse hace mucho tiempo con su prometido, la situación anímica de su padre le impide hacerlo.

El hijo de unos vecinos de toda la vida es acusado de asesinar a un hombre poderoso y todas las pruebas apuntan en su contra. El abogado no desea coger el caso, pero ante la precaria situación económica de sus vecinos y ante la más que posible posibilidad de que no pueda tener una defensa en condiciones, se salta su norma y coge el caso. A raíz de aquí se nos conducirá en la piel de dicho abogado por personajes, situaciones y lugares pocos apropiados para cualquier persona ajena a ese mundo. Mientras sigue luchando por vencer el alcohol e independizarse de los cuidados de su hija.

Muy cuidados los detalles, la fotografía, las interpretaciones y un guión que te mantiene en vilo durante toda la proyección, con unas secuencias en el juicio a la altura del mejor cine. Muy recomendable.
THE CROW
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13 de junio de 2018
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Serán las últimas palabras que pronunciará, entre altivo y triunfal, el héroe de esta historia antes de caer, antes de ser abatido a balazos, porque sabe que, contra todo pronóstico, ha conseguido ganar un difícil caso y salvar la vida de un inocente.
Ese héroe es James Curtayne. Le oigo pronunciar su frase final y dar su último suspiro...y mis pelos como escarpias.

En los años '50 podemos encontrar un mosaico bastante amplio de dramas judiciales enmarcados en el cine americano, algunos de ellos auténticos e inolvidables clásicos como "Testigo de Cargo", de Billy Wilder, "La Ley del Silencio", de Elia Kazan, o esa maravilla que puso a Sidney Lumet en boca de todos, "Doce Hombres sin Piedad"; sin embargo, uno de los directores clave en la evolución que habría de experimentar el cine Oeste en años venideros también pondría su granito de arena en el género.
Hablamos de John Sturges, como no podía ser menos. Este hombre, para la mayoría, es sobre todo conocido por sus grandes aportaciones al "western", las cuales pudimos disfrutar en "El Último Tren de Gun Hill", "Duelo de Titanes" o esa legendaria "Los Siete Magníficos", pero sin duda, como buen artesano que era, supo inmiscuirse en una notable cantidad de géneros con la misma soltura, y uno de ellos fue el cine negro y policíaco, el cual incluyó de forma muy inteligente en sus fábulas de cowboys, indios y cuatreros.

Producida con un humilde presupuesto por parte de la MGM, la película, escrita por John Monks Jr., toma de base la novela negra homónima de Eleazar Lipsky, fiscal y escritor especializado en el género detectivesco y de suspense que poco antes vio su libro "El Beso de la Muerte" adaptado por Henry Hathaway a la gran pantalla, y además con mucho éxito. "El Caso O'Hara" cuenta la historia de cómo el joven Johnny O'Hara es acusado de matar a su propio jefe a punta de pistola de forma injusta.
El fiscal Louis Barra, que cree tener en sus manos el caso de su vida, no cree una palabra al muchacho, quien no desea declarar que estaba con la esposa de un peligroso gangster local la noche del asesinato, y las pruebas que ha reunido son suficientes para encerrarle de por vida; nadie se pone de su parte hasta que una voz se alza en su favor, la de James Curtayne, un sagaz abogado criminalista que había dejado atrás sus años de investigaciones hasta que se entera de que el acusado es vecino de su barrio. A pesar de la edad, de los buenos consejos de su sufrida hija y de su perjudicial afición al alcohol, Curtayne pondrá todo su empeño en demostrar que O'Hara es inocente.

Ese es uno de los más importantes elementos, la tormentosa situación del protagonista provocada por su alcoholismo, situación que acerca a la película a esos dramas de personajes caídos en desgracia y que hacen lo posible por seguir adelante, en la línea del clásico de Wilder "Días sin Huella", aunque inevitablemente esta situación recuerda a la propuesta por Kurosawa en "Escándalo" con el personaje de Hiruta; así, somos testigos del malestar que arrastra Curtayne y de las penas que le hace pasar a su sobreprotectora hija Ginny mientras intenta resolver el caso con total entereza y dedicación, pues se niega a dejar que el prestigio que ganó antaño como abogado se vaya al traste (décadas más tarde, volveríamos a ver el tema del alcohol haciendo acto de presencia en uno de los mejores dramas judiciales del celuloide, "Veredicto Final").
Ciertamente, "El Caso O'Hara" es un drama judicial bien construido, y su intriga, que bien puede recordarnos a la que practicaban Hitchcock, Lang o Preminger, con algunos de los más sonados clichés del género (el chico enamorado de la mujer del gangster es ya un clásico) se va resolviendo con el obstinado de Curtayne acumulando pistas y otras certezas del caso; en los últimos 25 minutos de metraje se produce un giro muy notable en base a un elemento clave: la maleta, con el detectivesco drama de juicios ya asumido por el espectador transformándose en un film que remite a los mejores clásicos del cine negro policíaco.

Muy correctos John Hodiak, Pat O'Brien y la guapa Diana Lynn, destacando por su desparpajo y carisma Eduardo Ciannelli, que encarna al detestable mafioso "Knuckles" Lanzetta; como curiosidad, podemos ver fugazmente a un joven Charles Bronson haciendo de uno de los hermanos del asqueroso Korvac. Pero todos estos se quedan a la sombra del gran Spencer Tracy, un fascinante actor que se lleva toda la atención cada vez que sale en pantalla, y eso mismo consigue aquí poniéndose en la piel de James Curtayne.
El éxito del señor Sturges le vino dado por sus logros en el "western", sin embargo demostró una notable eficiencia en los terrenos del cine negro, y "El Caso O'Hara", con su inteligente combinación de drama, suspense y ocasionales dosis de humor, su excitante final y el excelente trabajo de fotografía de John Alton, es uno de los mejores ejemplos.
Chris Jiménez
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