Un año en la luna

A pesar de que los actores son buenos, y es imposible el aburrimiento debido a la incesante firmeza de su acción narrativa, la película deja entrever una profundidad que no llega a ser aclarada y que no toma forma durante el clímax; sobre todo cuando el actor principal dice las dos o tres frases que resumen la reflexión de la película, que aunque son bellísimas, no consiguen reflejar los sentimientos de búsqueda y desilusión que tienen los personajes durante toda la película, por el modo en que son dichas.
La película consigue expresar la desesperación humana y el anhelo de una verdadera relación en la que sólo importen dos personas y lo que ocurra entre ellas y refleja cómo los humanos creemos egoístamente que podremos aclarar nuestros sentimientos o deseos gracias al hecho de tener otra persona a nuestro lado.

Esta pequeña película española ahonda en un tipo de cine que transmite muchas de las inquietudes de la vida cotidiana. Gárate refuerza esa visión cotidiana de la vida a través de varios personajes que se desarrollan en base a las realaciones personales entre ellos. Los actores caracterizan perfectamente los personajes que van soltando todas sus frustraciones y sus felicidades cotidicanas. Muy recomendable de ver.

Esta película, bien argumentada y protagonizada, presenta un relato suave e intimista hilado por las relaciones complicadas de sus protagonistas. Resulta de un realismo muy atractivo que sumerge al espectador en los acontecimientos narrados en muchos casos entre escenas, permitiendo avanzar en la historia rápidamente junto con el espectador, que puede deducir fácilmente la trama manteniendo su interés. Muy buena actuación de todos los actores, a mi juicio, por igual y sobre todo muy buen trabajo argumental y de dirección. Por encima de miles de películas más comerciales, es triste que el arte de hacer películas como ésta, no sea suficientemente valorado por el público en general.

El televisivo Antonio María Gárate concluye su periplo cinematográfico con este título, "Un año en la luna" (2005), donde cuenta con muchos más medios que en su primera aventura. Escribe el guión en colaboración con Roberto Goñi. Cuenta con las intervenciones de los reconocidos Alberto Jiménez, Armando del Río, Elena Ballesteros, Begoña Maestre y Jorge Monje.

Este título plantea el debate entre las aventuras amorosas y las ataduras del amor. El argumento nos conduce a la capital del reino de España, a finales de septiembre y a un bar del centro, La Luna, regentado por Alberto, un hombre muy ilusionado con su negocio, que esconde una historia de amor, pero que no atraviesa un buen momento económico. Allí van a confluir Íñigo, quien viene a Madrid para estudiar psicología y se queda en la casa de su hermana Esther, que vive con un escritor de relatos pornográficos llamado Gabriel y que no está pasando por su mejor momento. Los tres comienzan relaciones a escondidas, pero a ninguno le resultará fácil distinguir si se trata de una simple aventura o si están viviendo una historia de amor.

Curiosamente, y teniendo el recorrido que no tuvo la primera cinta de su director y que tuvo subvención de Televisión Española, este segundo título obtiene subvención de la Comunidad Foral de Navarra.