Reír, cantar, tal vez llorar

Al grano: la he disfrutado. Es intencionadamente torpe, deslavazada, abrupta y descuidada. Y ese es el camino que busca ella misma como película desigual. Consciente siempre de su público y de su momento, como el resto de filmografía de Ferrer.
He leído por ahí que si los actores, que si cierta sosería, que si tal y más cual. Pero, y qué más da? No hay actores malos, solo hay espectadores con agujeros cerrados. La virtud de una película no reside en si misma sino en lo que sentimos los espectadores al disfrutarla. Y yo espero seguir disfrutando de este tipo de películas durante mucho mucho tiempo (por favor, más subvenciones para estos directores valientes y libres! que es lo que nos hace falta... Ferrer ha tenido que venir a Madrid a buscar más subvenciones? pues hagámonos ese favor a todos, a nuestro nicho de cultura, donde todos cabemos).

Sin conocer al director y sus intenciones quiero creer que el film intenta ser lo que muestra, bizarro y sin expresividad.
Me encuentro con una película que aparenta ser de bajos presupuestos en todo los sentidos, cámaras, planos, actuaciones, locaciones y hasta en el sentido común; por eso me tomo que todo es adrede y desde ese punto hago mi crítica.
Una historia cómica por demás desde lo burdo, no desde un chiste o una historia cómica; un cuento simple de un sueño de amor que intenta ser el centro de atención del film, pero sus actuaciones no ayudan a que espectador empatice en nada. Se va apagando cada vez más hasta llegar a un final inesperado, pero más irreal que todo el film.
Muy poco por rescatar.
Muy floja.