Oliver Sacks: una vida

Un buen documental aunque se centra demasiado en lo mal que lo pasó el doctor Sacks por tener que ocultar su homosexualidad durante mucho tiempo tanto en Estados Unidos como en su lugar de nacimiento, Reino Unido. Descubre uno que en USA te podían quitar la licencia para ejercer la medicina si descubrían que eras homosexual. Debería haberse centrado más en los aspectos relacionados con el rechazo que la comunidad científica tuvo durante mucho tiempo a sus investigaciones, desacreditándolo de forma muy cruda. Tampoco se toca apenas el que quizás sea el mejor libro de Sacks, Un antropólogo en Marte. El documental es entretenido e interviene gente muy variopinta: Colegas neurólogos, editores de libros, autores de divulgación científica, etc. También hubiera sido interesante difundir en que ha quedado el legado de Sacks tras su muerte.

El doctor Sacks, enfermo de cáncer y con un pronóstico de supervivencia no superior a un año, quiere plasmar en la pantalla lo que ha sido su vida, una vida original y única dedicada en su mayor parte a los demás, concretamente en empatizar y ayudar a personas con enfermedades raras, dejando constancia de todos sus pacientes en sus escritos. Su libro "Despertares" (entre otros) rechazado en un primer momento por camaradas suyos, lo fue poniendo en su sitio con el tiempo la vida, y acabó siendo alabado y llevado a la gran pantalla, con Robin Williams como el doctor y Robert de Niro como uno de sus pacientes. Se trata de un grupo de enfermos que por una extraña enfermedad se quedaron muchos años atrás en un estado de letargo vegetativo. Oliver, con ayuda de un tratamiento, consiguió ir despertándolos. Personas que, estando en 1966 despertaban con la conciencia de que estaban en ese año pero con recuerdos de los años veinte.

En el plano personal, tuvo una infancia marcada por la esquizofrenia de uno de sus hermanos mayores, clave en su vocación por descifrar el cerebro humano. A los 18 años sale del armario y su madre le rechaza tachándole de abominación. Oliver saldrá de casa y emigrará a San Francisco, donde se desarrollará como científico y sufrirá otro envés como persona, en un episodio incómodo con un amigo heterosexual. Los siguientes 35 años no tendrá ningún tipo de relación sexual hasta encontrar a su amor definitivo. Se embarca en una vida autodestructiva en una época en la que había abundancia de drogas, hasta que en 1966 decide que le ayuden (psicólogo) sabiendo que con ese ritmo de vida acabaría con la suya en poco tiempo.

Una vida de novela.

Hace tiempo que vi este documental (a comienzos de diciembre de 2021, en Filmin), y me di cuenta de que no había escrito nada sobre él, aparte un simple comentario de ocasión. Dos años y pico después, ya no lo recuerdo tan bien, pero sé que me dejó una huella, que es un gran documental, y que muestra su rica y azarosa vida de la mejor manera posible. Se apoya, supongo, en la autobiografía que salió el 2015, cuatro años antes: On the Move. A Life, que en castellano se tradujo como En movimiento. Una vida (Anagrama, 2015). Estuve a punto de comprarme y leer ese libro, pero al final nada. En la portada aparece una foto del joven Oliver, subido en una motocicleta, con la cabeza rapada, luciendo una chupa de cuero, supongo que data de sus años salvajes en San Francisco y alrededores.

Desde hace muchos años sigo la obra de este eminente neurólogo, y tengo la mayoría de sus libros en inglés. Recuerdo con cierta nostalgia aquella ópera de Michael Nyman basada en su obra El hombre que confundió a su mujer con un sombrero, y que escuchaba con deleite en aquellos años. No llegué a ver Despertares, ni leí el libro; pero tengo asimismo Un antropólogo en Marte, El Tío Tungsteno: recuerdos de un químico precoz, Alucinaciones y otros más. Tal vez, uno de los que leí con más pasión (fue un regalo) fue Musicophilia: Tales of Music and the Brain, 2007, que Anagrama sacó en 2009. Una colección maravillosa de relatos basados en sus propios casos. Ha sido, tal vez, el mayor divulgador científico, tratando temas relacionados con la neurología. Y claro, también se me quedó grabado un artículo que publicó El País, Gratitud, en donde da gracias a la vida, esa larga vida que ha tenido, cuando ya sabe que tiene los días contados, por el cáncer que al final se lo llevó.

Ver el documental fue, digamos, el remate, el resumen perfecto, la conjunción de todos esos elementos anteriores, que conforman su vida. Una vida vivida intensamente, y que se nos presenta de forma jugosa, como me gusta, incidiendo en los elementos más personales y dejando un poco a un lado su vida profesional. Se insiste en elementos y pasajes de su infancia; se machaca su condición de homosexual, con todo lo que ello acarreó en su tiempo, que no fue el nuestro; también se incide en las luchas académicas, en cómo tuvo que luchar contra el clima universitario y contra muchos de sus colegas, que se burlaban poco menos que de su línea de investigación. Al final, pacientes y público en general, millones de lectores en todo el mundo, le han dado la razón. Casi todo este material, era nuevo para mí, y por lo mismo lo disfruté, como si no supiera nada del personaje. Y es que no sabía, verdaderamente.

Realmente, un extraordinario documental, imprescindible para conocer a este gran neurólogo y escritor. Se nos presenta su vida entera, desde sus años infantiles hasta su lúcido final, con profuso material fotográfico y los comentarios de un montón de gente que lo conoció y trató. Como no podía ser de otra manera, el director y su equipo despliegan todos los recursos para acercarnos a una vida tan compleja. Una cinta que emociona, deja poso.