A Fugitive from the Past

Una película de una profundidad sorprendente y admirable. No es en absoluto lo que parece —una mera trama policíaca con un asesinato por resolver—, sino que trata el Japón de la posguerra con todas sus miserias y corrupciones, y el abrupto salto generacional que años después se había olvidado de todo lo que aquella gente tuvo que vivir y sufrir recién terminada la guerra. Hay algo profundamente decente en la prostituta que se enamora del pobre diablo que carga con muertes sobre su conciencia, y que desgraciadamente para ella lo va a revisitar pasados los años para agradecerle la influencia que tuvo en su vida. También el poli mayor que no logró nunca resolver el caso, años después se enfrenta a su pasado encarando por fin al asesino. Este mismo asesino, convertido con el tiempo en un empresario exitoso que dona grandes sumas a la beneficencia, se dedica a jugar con la verdad y la mentira mientras la poli lo interroga, y en el fondo se miente a sí mismo hasta que comprende que nunca llegó realmente a atravesar el «Estrecho del hambre», como se titula en realidad la película, y que yace en el fondo del mar. Un final brillante.

No es fácil girarse un momento para echar un vistazo al pasado, ni siquiera cuando nos van bien las cosa; pero en aquel Japón de entonces debió ser realmente complicado. Repito que la peli no es lo que parece, contiene de fondo una idea con mucha profundidad. A veces puede parecer un poco desordenada o errática en su narración, pero eso es por el rodeo que tiene que dar para ir completando la idea que quiere expresar.

Una grandísima película. Y me ha gustado ver a Takakura Ken-san de joven, un actor que admiro. De mayor quiero ser como él.