Chuecatown

Esperaba menos. Pensaba que iba a ser la típica españolada, pero no. Me divertí mucho viéndola, y me reí bastante. Es una película que recuerda a otras dos: "Reinas" y "La Comunidad", con mucho humor negro y algunos tópicos sobre el mundo gay.

Que nadie espere una película profunda sobre la problemática gay, no es la intención, ni es el tema princìpal. Es una comedia, con crímenes misteriosos que se ambienta, casualmente, en CHueca, el barrio gay de Madrid. A destacar la interpretación de todos los actores, especialmente de Concha Velasco, que está en estado de gracia, también de Pepón Nieto y de Carlos Fuentes.

El ritmo es ágil y adecuado, los diálogos muy hilarantes y la ambientación adecuada.

Quizá me equivoque, pero creo que los que acudieron a las salas para contemplar este último desaguisado del cine patrio con algún tipo de prejuicio: comedia española, cine de terror cañí o thriller de mariconetis, quedaría decepcionado ante la limitada propuesta mostrada. Pienso que un servidor tuvo más suerte que este grupo al enfrentarme a la típica chorrada hispana subvencionada sabiendo de antemano que iba a ser un enema de los gordos.

Y hete aquí la sorpresa, pues el supuesto engendro es digerible:

La trama es absurda: ok.
El reparto masculino demencial: ok.
Los gags brillan por su ausencia: ok.
El humor es rancio a más no poder: ok.

Pero no sé, rememoré la vidilla de los viejos barrios y todo ese aroma rancio que desprenden envejeciendo acorde a la edad de sus inquilinos y las llegadas de nuevos asentamientos de hordas urbanas (ejecutivos y gays en su mayoría, si no pregunten en el Soho) que retocan con sus modernistas diseños año tras año los desvencijados barrios... y no sé, la peli me moló. Me recuerda que no hay nada como el campo o la playa para vivir y que las ciudades impersonales no son para mí. Supongo que a veces me pongo sentimental.

Lo admito, me gusta ver malas películas sabiendo que lo son para poder decir "...si ya lo sabia yo...". Y también debo decir que el cine español, por norma general, no logra motivarme ni para películas buenas ni para malas. De hecho, cogí esta película con la intención de criticar absolutamente todo pero si soy sincero no puedo. El argumento, si bien no es precisamente de lo mejor que exista, tiene su chispa. Los chistes, aunque típicos, me siguen haciendo gracia. Los personajes, bastante originales. La interpretación, en general bastante buena (me gustaría poder decir que opino lo mismo sobre pablo puyol y eduardo soto, pero no puedo). Aunque es cierto que más que una película parece algún capítulo algo largo de alguna serie, y aunque no es (y por mucho) una película que recomendaría ver con máxima prioridad, esta pequeña perla manchada y fea se merece mi aprobación.

Tiempo hacía que no veía una película tan mala. Pero no es de las películas malas que a pesar de todo se disfrutan, sino de las que se padecen. El tono de la cinta pretende ser de humor negro, pero el humor ni está ni se le espera. La idea de partida está bien, pero se concreta en un guión burdo, diálogos sonrojantes y situaciones penosas. Los actores hacen lo que pueden, que es muy poco. Uno de los protagonistas es el agente inmobiliario encarnado por Pablo Puyol, que ya dejó claro en la serie ‘Un paso adelante’ que bailar se le da bien pero actuar muy mal. Y en esta película no se obra ningún milagro al respecto. La chispa que debería tener está desaparecida, resultando un filme simplón y ramplón del que poco o nada se puede salvar, sólo quizá los títulos de crédito iniciales.

Un bodrio que no recomiendo a nadie bajo ninguna circunstancia.

Sorprendente que en 2007 se haga cine que parece de los 90. Dan ganas de dejar la película a la mitad por ese humor tan malo, gags sin gracia y un sarcasmo sobre el mundo gay zafio y sin chispa. A eso añade una actuación espantosa de Pablo Puyol junto a unos cuantos secundarios mas de contenedorcillo, buenos actores malísimamente aprovechados y una historia que es más de lo mismo y te encuentras con esta patata.