Tres veranos

Tal vez mi crítica no sea totalmente objetiva por el simple hecho de que Raúl Tosso, el director, fue mi compañero de estudios en la Escuela de Cine de Avellaneda (clausurada en su momento por la dictadura) y mi amigo durante mucho tiempo, pero la verdad que siendo una película pequeña y de bajo presupuesto basada en las vivencias personales del propio Raúl y sus socios en el boliche Ajo-ajo de Mar de Ajo durante esos tres veranos a que hace referencia el título que jalonan el ascenso y caída del Tío Campora y la Juventud Maravillosa para terminar estrellándose con la realidad más brutal, es un producto muy logrado. Lleno de calidez, muestra perfectamente la inocencia militante de los que teníamos todos los sueños intactos y pensábamos que podíamos cambiar el mundo. La escena entre el matón de Pompeyo Audivert y el alter ero de Raúl interpretado por un excelente Nicolás Scarpino en el tercer verano, el de 1975, es sublime. Lamentablemente, la taquilla no acompaño y a posteriori salvo un pase que tuvo en el mítico programa de los Sábados por la noche Función Privada, desapareció de todos lados. No es posible encontrarla ni en video, ni en las plataformas de streaming, ni en Youtube con lo cual ha devenido en una especie de fantasma inhallable.