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Meimportaunrábano rating:
8
6.7
42,932
Mystery. Horror
Promising young lawyer Kevin Lomax (Keanu Reeves) has never lost a case--even when his client is guilty. When Kevin is seduced away from his sleepy hometown in Florida to work for a flashy, charming lawyer (Al Pacino, in a role he seems born to play), his mother (Judith Ivey) has reservations. But as he works his way up the corporate ladder, Kevin manages to put them aside, along with his wife's (Charlize Theron) needs and the stirrings ... [+]
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- es
August 20, 2023
2 of 2 users found this review helpful
Tengo que reconocer que Al Pacino nunca ha sido santo de mi devoción, quizás porque nunca lo había visto actuar en versión original. Su voz es la mejor aliada de esos ojos alucinados, minerales, capaces de atravesar la pantalla y sentarse a comer palomitas contigo en el sofá. Supremo. Esto me recuerda la necesidad de revisar de vez en cuando mis filias y fobias, porque a menudo se puede acabar, como me ha pasado en este caso, arropando una sorpresa de las que te alegran el día.
El personaje de la madre del abogado me parece insufrible y totalmente innecesario. Sé que esa gente existe, sé que algunos son hasta buenas personas, pero en una película como ésta, me sobran. Los austeros efectos especiales, muy contenidos y apropiados. Me sobra quizás, también, el del agua bendita, más que nada porque me hizo más gracia que otra cosa. Me recordó a Jim Carrey abriendo el Mar Rojo en su sopa XD
Menudencias aparte, la película me ha parecido "redonda". Y no veo en ella una crítica ácida sobre el mundo jurídico, como están diciendo por aquí, no, yo veo una crítica, no ácida, sino perfectamente justa, sobre el ser humano. Han escogido el entorno legal por ser para muchos, junto con el entorno político (¿no es lo mismo?) el oficio donde más claramente se percibe esa horrenda capacidad para la mezquindad de la que, por desgracia, estamos dotados.
Con Keanu Reeves nunca he conectado, pero me parece que está bastante correcto en esta cinta, y Charlize está "divina", tan divina que fue el objeto primordial del ataque del "Maligno" :-) "Todo cuadra", que dirían los magufos.
Sigo en spoiler porque voy a "spoilear" a base de bien. Abstenéos los que aún no hayáis visto la peli.
El personaje de la madre del abogado me parece insufrible y totalmente innecesario. Sé que esa gente existe, sé que algunos son hasta buenas personas, pero en una película como ésta, me sobran. Los austeros efectos especiales, muy contenidos y apropiados. Me sobra quizás, también, el del agua bendita, más que nada porque me hizo más gracia que otra cosa. Me recordó a Jim Carrey abriendo el Mar Rojo en su sopa XD
Menudencias aparte, la película me ha parecido "redonda". Y no veo en ella una crítica ácida sobre el mundo jurídico, como están diciendo por aquí, no, yo veo una crítica, no ácida, sino perfectamente justa, sobre el ser humano. Han escogido el entorno legal por ser para muchos, junto con el entorno político (¿no es lo mismo?) el oficio donde más claramente se percibe esa horrenda capacidad para la mezquindad de la que, por desgracia, estamos dotados.
Con Keanu Reeves nunca he conectado, pero me parece que está bastante correcto en esta cinta, y Charlize está "divina", tan divina que fue el objeto primordial del ataque del "Maligno" :-) "Todo cuadra", que dirían los magufos.
Sigo en spoiler porque voy a "spoilear" a base de bien. Abstenéos los que aún no hayáis visto la peli.
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details.
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Spoiler:
Dedico mi comentario spoileador a mis compañeros comentaristas que han sonreído aliviados porque "todo era un sueño", "como en los Serrano", dicen, vamos a ver:
Primero, el personaje de Reeves no estaba "dormido", se asomó al espejo porque se enfrentaba a un dilema demoledor: poner todo su indiscutible talento a los pies de un degenerado peligroso (un pedófilo que llegó a masturbarse en el mismo tribunal, otro exceso que yo eliminaría) y conseguir salvarlo de la cárcel, y salvar también así su impecable reputación de tiburón de las leyes; o poner todo ese talento a los pies de la Justicia, de la verdadera Justicia. En ese momento no estaba soñando, estaba enfrentándose a sus demonios, pero no fueron (no pudieron ser) los demonios los que le obsequiaron con la gracia de ver lo que pasaría si se vendía a las tinieblas. ¿Por qué esto está tan claro? Porque en la escena final, la última antes de créditos, el amigo periodista consigue convencerlo para salir en titulares como un "luchador por las buenas causas", pero el rostro del amigo periodista se transforma en el último segundo, en el del odiado y diabólico Padre, que se eleva triunfador (también físicamente le mira desde lo alto de la escalera, recurso acertadísimo) porque el Hijo ha sucumbido a la vanidad "my favorite sin"... No fue un sueño. Todo fue real. Simplemente, se le otorgó el privilegio de ver el futuro y, en función de lo que vio en ese futuro, nuestro protagonista (como un nuevo George Bailey) actuó en consecuencia. Al fin y al cabo, es una peli americana.
También dedico mi comentario spoiler a mis compañeros comentaristas que han sonreído aliviados cuando un Al Pacino en estado de gracia comparte a grito pelado con su hijo y con el espectador "información privilegiada" sobre la naturaleza de Dios y nos vende los rasgos de una deidad cruel, chapuzas y titiritera muy del gusto de los directores ateos de las últimas décadas (recordemos al espeluznante "dios niño" de Ridley Scott en "Exodus, gods and kings") ... Pero algo falla en esta propuesta y, por tanto, en la aceptación de la misma: el personaje Milton ha estado mintiendo desde que empezó la película, mintió al hacer creer a Lomax que no le conocía de nada, mintió al esconderle su verdadero parentesco, mintió al esconderle sus verdaderas intenciones, mintió a sus otros empleados, mintió al fingir que no conocía a la madre de Lomax, mintió sobre todo a TODOS, excepto, quizás, a su querida y demoníaca retoña pelirroja. En fin, que el Diablo miente, señores, lo hace porque está en su naturaleza, porque tiende a ello como el árbol tiende a crecer y la hiena a rapiñar. No por nada ha sido bautizado por innumerables credos y tradiciones milenarias como "El Padre de la Mentira".
El espectador lo sabe, o debería saberlo por pocas nociones de teología básica que tenga. El espectador está dispuesto a aceptar que el Diablo, por serlo, mentirá siempre que la mentira le proporcione algún rédito suculento, y rara vez no lo hace. Pero cuando describe a Dios, hete aquí que el espectador arroja a la pantalla sus propios prejuicios aconfesionales y suspende, no la credulidad, sino la incredulidad. Cuando describe a Dios, Milton dice la Verdad. Tiene que decirla ¿Cierto? Nos gusta lo que dice, nos gusta cómo describe a Dios, así que eso SÍ tiene que ser verdad...
O no, porque, ¿a quién convendría más difundir una leyenda negra sobre el supuesto carácter real de Dios que a su más ferviente Enemigo?
Y aquí va la pregunta del millón: Si la entidad sobrenatural que concedió a Lomax la oportunidad de ver el futuro y, por tanto, corregir su actitud presente, no fue el Diablo (¿cómo podría serlo? No podía jugar si mostraba todas sus cartas) si no fue él... ¿Quién fue? ¿Quién le ayudó?
Me quito el sombrero ante todos los que han colaborado para crear esta obra majestuosa que juega tan feroz e inadvertidamente con los idearios más arraigados del inocente y siempre adoctrinable espectador. Bravo.
Ana Márquez
Primero, el personaje de Reeves no estaba "dormido", se asomó al espejo porque se enfrentaba a un dilema demoledor: poner todo su indiscutible talento a los pies de un degenerado peligroso (un pedófilo que llegó a masturbarse en el mismo tribunal, otro exceso que yo eliminaría) y conseguir salvarlo de la cárcel, y salvar también así su impecable reputación de tiburón de las leyes; o poner todo ese talento a los pies de la Justicia, de la verdadera Justicia. En ese momento no estaba soñando, estaba enfrentándose a sus demonios, pero no fueron (no pudieron ser) los demonios los que le obsequiaron con la gracia de ver lo que pasaría si se vendía a las tinieblas. ¿Por qué esto está tan claro? Porque en la escena final, la última antes de créditos, el amigo periodista consigue convencerlo para salir en titulares como un "luchador por las buenas causas", pero el rostro del amigo periodista se transforma en el último segundo, en el del odiado y diabólico Padre, que se eleva triunfador (también físicamente le mira desde lo alto de la escalera, recurso acertadísimo) porque el Hijo ha sucumbido a la vanidad "my favorite sin"... No fue un sueño. Todo fue real. Simplemente, se le otorgó el privilegio de ver el futuro y, en función de lo que vio en ese futuro, nuestro protagonista (como un nuevo George Bailey) actuó en consecuencia. Al fin y al cabo, es una peli americana.
También dedico mi comentario spoiler a mis compañeros comentaristas que han sonreído aliviados cuando un Al Pacino en estado de gracia comparte a grito pelado con su hijo y con el espectador "información privilegiada" sobre la naturaleza de Dios y nos vende los rasgos de una deidad cruel, chapuzas y titiritera muy del gusto de los directores ateos de las últimas décadas (recordemos al espeluznante "dios niño" de Ridley Scott en "Exodus, gods and kings") ... Pero algo falla en esta propuesta y, por tanto, en la aceptación de la misma: el personaje Milton ha estado mintiendo desde que empezó la película, mintió al hacer creer a Lomax que no le conocía de nada, mintió al esconderle su verdadero parentesco, mintió al esconderle sus verdaderas intenciones, mintió a sus otros empleados, mintió al fingir que no conocía a la madre de Lomax, mintió sobre todo a TODOS, excepto, quizás, a su querida y demoníaca retoña pelirroja. En fin, que el Diablo miente, señores, lo hace porque está en su naturaleza, porque tiende a ello como el árbol tiende a crecer y la hiena a rapiñar. No por nada ha sido bautizado por innumerables credos y tradiciones milenarias como "El Padre de la Mentira".
El espectador lo sabe, o debería saberlo por pocas nociones de teología básica que tenga. El espectador está dispuesto a aceptar que el Diablo, por serlo, mentirá siempre que la mentira le proporcione algún rédito suculento, y rara vez no lo hace. Pero cuando describe a Dios, hete aquí que el espectador arroja a la pantalla sus propios prejuicios aconfesionales y suspende, no la credulidad, sino la incredulidad. Cuando describe a Dios, Milton dice la Verdad. Tiene que decirla ¿Cierto? Nos gusta lo que dice, nos gusta cómo describe a Dios, así que eso SÍ tiene que ser verdad...
O no, porque, ¿a quién convendría más difundir una leyenda negra sobre el supuesto carácter real de Dios que a su más ferviente Enemigo?
Y aquí va la pregunta del millón: Si la entidad sobrenatural que concedió a Lomax la oportunidad de ver el futuro y, por tanto, corregir su actitud presente, no fue el Diablo (¿cómo podría serlo? No podía jugar si mostraba todas sus cartas) si no fue él... ¿Quién fue? ¿Quién le ayudó?
Me quito el sombrero ante todos los que han colaborado para crear esta obra majestuosa que juega tan feroz e inadvertidamente con los idearios más arraigados del inocente y siempre adoctrinable espectador. Bravo.
Ana Márquez