Enzo Barboni volvió a juntar una vez más a la pareja de italianos característica del cine de mamporros para protagonizar una de sus películas más famosas, "Dos Super-Policías". En ella siguen la línea habitual; el destino hace que dos perdedores, uno fuerte y bruto y otro menos fuerte pero inteligente, se junten para repartir tortazos a diestro y siniestro y consigan así solucionar un problema. En este caso, tras darle una paliza a unos mafiosos, los dos personajes terminan por error inscribiendose para ser policías. Una vez vestidos de pitufo, tendrán que vérselas en repetidas ocasiones con la citada panda de mafiosos, mientras resuelven el extraño crimen de un chino.

A pesar de no llegar al nivel de otras películas como "Le llamaban Trinidad", "Y si no, nos Enfadamos", o "Quien tiene un Amigo, tiene un Tesoro", esta película es una de las más famosas de la filmografía de Bud Spencer y Terence Hill. Eso se debe a un sencillo argumento, pero atrayente, y tres de sus escenas de peleas más famosas, la del estadio de futbol americano, la de destrozar coches, y la del salon de juegos. Por otra parte, además incluye las características típicas (humor simple pero elegante, escenas de peleas excepcionalmente coreografiadas, y el ensalzamiento de los valores humanos), ésta incluye una llamativa banda sonora.

En cuanto a las interpretaciones, la propia naturaleza de la película deja poco espacio para grandes actuaciones interpretativa. Sin embargo, ninguno desentona.