Más que original, extraña película que apunta directamente a la sensiblería. La historia de una niña judía que escapa de una redada y se pone a buscar a sus padres, que lo único que sabe es que se los han llevado al este, con el regalo de una pequeña brújula que le ha hecho una de las pocas personas que se preocupa por ella, tiene todos los argumentos para ser un folletón. Y de hecho lo es.Para empezar la verosimilitud brilla por su ausencia: Es muy poco creíble la historia que una pequeña pueda sobrevivir por media Europa devastada por la guerra, en invierno, en el bosque. Por eso hay que pensar que la directora quería hacer una película más extraña que otra cosa. Pero entonces ¿ por qué pones a la niña en el primer encuentro una capa roja, a lo Caperucita?

Con todo, la película tiene una gran baza en la actuación de la niña Mathilde Goffart, que hace un papelón. Eso se lo concedo. Bueno, y alguna escena aislada, como la que controla el perro que le envían los soldados para atacarla en el bosque.

Por cierto, lo de dar gato por liebre, digoo perro por lobo, se podía haber molestado más la productora.