Después de una primera entrega bastante buena, Favreau dirige una especie de comedia romántica/drama/aventura de héroes y villanos, pero no está nada claro, su pretensión se formaliza de forma absurda y la odisea empresarial del hombre máquina sufriente y tóxico debido a su identidad se vuelve bastante desperfecta. No es del todo comprensible esa decantación por "lanzar balones fuera" deliberadamente, es probable que el recurso comiquero- llano e ineficiente- del filme sea un eslabón del que pueda agarrarse el espectador para encontrarle gusto a esta producción, lo difícil es buscarle mayor sentido a una narración bastante desorganizada.

Probablemente sean sus secundarios los que rescaten esta agridulce manera de representar a un "rockanrolla", si bien ni la espectacular musicalidad de AC/DC logra evidenciar este aspecto en su clímax, tan forzosamente calculado para anunciar la gran apuesta de Kevin Feige en su apretada agenda cinematográfica.

Quizás su aspecto técnico no sea equívoco y proyecte un blockbuster puramente rodeado de efectos especiales y "transformers" algo más mecánicos y móviles, pero su falla más elevada es la poca narrativa que hubiera comprendido una lógica afín a lo que cualquiera pudiera esperar. "Iron Man 2" (Jon Favreau, 2010) es una buena estrategia de marketing que sitúa el entretenimiento más infantilizado y aleccionador posible, porque esa es la demanda que empezaría a fraguarse en el 2010.