Película canadiense que empieza siendo de terror psicológico para luego desbarrar hacia unos derroteros marcadamente distintos. Un joven acude a ver a su padre, que le abandonó a los cinco años, en respuesta a una carta suya. La tensa relación entre ambos no hace prever el desarrollo que tendrán los acontecimientos.

El primer tercio es puro terror psicológico, y ahí uno empieza a especular sobre como terminará la cosa entre padre e hijo, y sospecha que no demasiado bien. ¿Cuál de los dos estará más loco? Pero luego la trama da un vuelco y nos encontramos ante una película totalmente distinta, con tintes de survival y ciertas dosis de humor negro y brutalidad muy tarantinianas.

Elijah Wood encarna con convicción a un puro mierder que tiene que sobreponerse a su naturaleza inane si quiere sobrevivir. Digamos que cada acción desencadena otra hasta que el último eslabón de la cadena no se parece en nada al primero. Supongo que habrá quien disfrute con dislates como este, pero yo le puedo dar más de un cinco raspado.