Habiendo visto las dos primeras películas de esta maravillosa saga, es normal que nos choque encontrarnos con un giro de 180º, que es exactamente lo que ocurre en esta película. Pasar de la sencillez que produce una casa con cuatro o cinco televisores encendidos a la locura en su máxima expresión, en la que la tecnología es causa y efecto, ha sido una apuesta muy arriesgada pero, si se consigue ver el fondo que tiene, resulta incluso algo fantástico. Las cuatro historias, por lo general, no son grandes obras maestras del cortometraje, pero no por ello dejan de sorprendernos.
- Vicious Circles, la historia-hilo de la película. Me ha parecido la mejor, sin duda. Plasma de una forma explícita, sin tapujos e incluso irónica, a la sociedad actual, mofándose en su cara, demostrando la simpleza humana y sus deseos de ambición, de conseguir viralizarse, tener la mejor toma de la peor de las tragedias. Y la escena final, con una banda sonora que le va como anillo al dedo, deja buen sabor de boca.
- Dante The Great, falso documental que cuenta la historia de un mago frustrado con un golpe de suerte. Los efectos están bien conseguidos, pero no es algo trascendental. Pasable.
- Pararell Monsters, que el creador de los Cronocrímenes se lanzase a participar en esta película me sorprendió para bien, y no me he sentido defraudado. Es una ida de olla de las de manual, pero muy ingeniosa y, todo hay que decirlo, dirigida a enseñar cuerpo con excusa (ya sabemos que el torture porn, sin porn, no funciona). La segunda mejor de la película.
- Bonestorm, lenguaje soez adolescente, sangre, y humor negro forman este segmento bien coordinado y entretenido, aunque recuerda a algún segmento de las anteriores entregas. Sin más.
Concluyendo, desvariaciones que van a dar a un punto que ha conseguido funcionar, sin llegar a la altura de sus predecesoras, pero dejando bien alto el listón para una posible cuarta parte.

Lo mejor: La escena final del segmento "Vicious Circles". Majestuosa.
Lo peor: Se ha echado en falta algún segmento más.