La película no es más que una nueva excusa para ver a éstas dos viejas glorias haciendo lo único que saben hacer: películas de acción a la vieja usanza en las que el argumento es lo de menos y que te tienen entretenido las casi dos horas que dura.

En ésta película, concretamente, lo que veremos será al personaje de Stallone, un especialista en fugarse de prisiones para probar su seguridad recibir el encargo de probar una que está fuera de la jurisdicción del gobierno, una cárcel privada que alberga a los peores criminales del mundo.

Allí dentro se encuentra con el personaje del Schwarzenegger, con el que enseguida empiezan a trazar el plan de huida de la cárcel.

El guion tiene un par de giros interesantes (uno al principio y otro al final), que pese a ser previsibles siempre son agradecidos.

En general es una película resultona sin más, con un único actor destacando sobre los demás (el malo, encarnado por el protagonista de Persons of Interest), un actor que es posible que destaca debido a las planas actuaciones de los otros dos (están como siempre).

La producción está decente, teniendo en cuenta que es una película que se desarrolla en un espacio bastante pequeño, la acción bien rodada y el ritmo acertado (sin ser trepidante).

Así que en conjunto tenemos lo que nos podíamos esperar: una peli de acción en una cárcel con dos viejas glorias haciendo lo que mejor saben hacer. No se convertirá en la película favorita de nadie, pero sin duda hará pasar un buen rato a los que se acerquen a ella sabiendo lo que van a ver.

Eso sí, se echa de menos un poco más de autoparodia al estilo de los mercenarios, siendo una peli que lo hubiera petado hace veinte o treinta años y en la que hoy cantan ya un poco sus protagonistas.