Morgan Freeman en un papel de los suyos, capitanea el reparto de esta bien dirigida y entretenida película. El resto de actores hacen un papel correcto, con correctas interpretaciones, sin ser ninguno excepcional, simplemente aceptable. En este género lo que más se debe valorar son las sensaciones, y este es un objetivo ampliamente superado. La atmósfera angustiosa de un pueblo bajo la amenaza de inundación por la rotura de una presa unido a un plan para robar un furgón blindado, es una situación de la que se puede sacar partido fácilmente. Mikael Salomon (en esta ocasión) hace su trabajo.
El guión es el plato fuerte, no decae en ningún momento, se agradece que no sea tan predecible como era habitual en los 90. (esta cinta es del 97) El hilo de la historia tampoco se complica en exceso, como en algunos thriller, que da tantas vueltas que casi hay que tomar apuntes para no perderse. Es fácil de seguir, entretenido y fluido, sin esos cambios drásticos tan desconcertantes y en ocasiones poco creíbles. Y un detalle más del guión a tener en cuenta: Todo sucede en una noche, como en tiempo real, y no pasa factura. Bueno.
El escenario está bien elaborado, en ocasiones mejorable, pero suficiente. Hay un par de situaciones realmente exageradas, pero se puede pasar por alto.
Acción, intriga, suspense... Para tener en cuenta
Nota: Si las inundaciones (que es el pilar de la película) te dan arcadas, no te molestes en verla.