El año que se estrenó Padre Casares, fue el que murió mi madre. Tras cincuenta años casado con ella, mi padre estaba emocionalmente muy tocado. Solo esta serie emitida en la Televisión de Galicia, cada lunes, le sacaba durante una hora de aquel desamparo que sentía.

Va unida al recuerdo, con esa mezcla agridulce de lo que conforta y a la vez traslada a momentos muy duros.

Buena realización, actores potentes para una historia alojada en la comedia, que no ha funcionado en otras autonomías debido a que una de sus bazas eran los giros verbales, así como el ingenio y la humorada en gallego, complicados de trasladar a otra lengua.