Me interesé en ver esta película porque hace algún tiempo leí un breve artículo en una revista que narraba por boca de la misma Judy el infierno que le hacían vivir cuando estaba rodando siendo apenas una adolescente y me impactó lo que leí. Reconozco que no tenía conocimiento ninguno sobre la vida de esta gran figura más allá de su legendaria interpretación en El mago de Oz. Pero tendré que seguir leyendo pues esta película aporta poco al que quiera conocer sobre la vida de la artista. La película daba la impresión de que estar más al servicio de mostrar a Renee Zellweger que de contar la vida de Judy. ¿Para qué esa manía de contar sus últimos meses si no? No entiendo por qué contar solo el final de su vida, los que no la conocemos (a Judy) queremos saber con más detalles cómo llegó hasta allí. Por lo tanto basar la película en esos duros días finales de su vida es más bien meternos por los ojos a la operadísima Zellweger haciendo muecas y tics que te sacan de la historia... y lo siento, nunca me ha gustado mucho pero desde que las malas operaciones le pasaron factura ver a Renee actuar es algo más bien incómodo para mí.
Tampoco estoy de acuerdo con que los flashbacks interrumpen: ellos son de hecho lo mejor del filme, la Judy joven es muy buena actriz y si no te cuentan al menos esa pequeñita dosis de su pasado la película sería un potaje espeso y difícil de tragar de una cuarentona deprimida, fracasada, fármaco dependiente y difícil de empatizar con ella al menos que sepas que está así porque la han dañado, usado y exprimido hasta no dejar más que los trozos rotos.

Yo francamente me quedé con ganas de más pero parece que para los cineastas solo el ocaso y la vejez de los personajes importa ya fue así hace poco con la miniserie Catalina la grande y ahora este filme.

Lo bueno: Al menos a mí (no sé a los demás) me dieron ganas de investigar y leer sobre la historia de Judy. Eso ya es un buen logro cuando se trata de un biopic.