La escritora Jeannette Walls exploró su infancia en su libro The Glass Castle un éxito de ventas en la que contaba como los lazos familiares llegan a marcarte la vida, llegando a avergonzarte la presentación de esta familia bohemia totalmente desastrosa.

Jennifer Lawrence se ofreció a producir y protagonizar la película durante un largo periodo de tiempo, pero al final se retiró con otros proyectos, Brie Larson se hizo con el papel y propuso a Jeanette Walls que la dirigiera su amigo Destin Daniel Cretton con quien trabajó en Las vidas de Grace (Short Term 12), una pelicula que la dio mucha fama.

El trío interpretativo de Naomi Watts y Woody Harrelson como los padres y Brie Larson como la cabeza más visible de los hijos es realmente bueno, explorando la relación entre padre-hija con enfrentamientos de odio y de cariño de un padre borracho muy carismático e inteligente, despreocupado totalmente por sus hijos pero a la vez muy unido a ellos.

La película comienza contándonos como Jeannette ha triunfado en la vida mientras sus padres rebuscan en la basura comida y por medio de flashbacks nos irá contando toda la infancia de ella y sus hermanos. Hay momentos reflexivos, conmovedores y a veces sensibleros pero los personajes están bien definidos y a diferencia de “El capitán Fantastic” que tocaba un tema similar aquí se recrea más en la relación paternofilial y en una niñez truncada por la pobreza.
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