¿Es la vida justa? ¿Quién no ha pensado en la frase: "muchos vivos merecen estar muertos, y muchos muertos merecen estar vivos"?. Sin llegar a ser tan trascendental, esta película griega habitada por unos seres que vagan cuan mercancía de la vida fueran, nos muestra la capacidad que tiene el azar para alterar nuestras vidas. Un policía, aburrido y moralmente mermado por la rutina y la cotidianidad, decide ser justo con un caso que le toca resolver y archivar, y se involucra, sin intención alguna, en una historia de engaños, mentiras, bofetadas, idas, venidas y un humor un tanto absurdo que hace que el realismo con el que nos impregna la película desde el primer minuto deje paso a una complicidad buscada en el espectador. La existencia solitaria del protagonista nos muestra una vida estancada, en la que solo una pequeña pasión que es la de realizar maquetas como si de "Belenes" se tratara le da un toque de color.

Digno de mencionar es la puesta en escena que hace de los lugares, los gestos, los objetos etc. un "collage" de planos, significados y dobles sentidos. Utiliza interiores acompañados con exteriores muy cerrados, exceptuando ese parque grabado desde todos los ángulos posibles que representa la unión azarosa de los dos protagonistas.

Un tanto lenta, una película bien hecha y a ratos divertida.