Cuando un niño comienza a tener uso de razón se va enganchando a los cuentos Disney's. En Blanca nieves, La Bella durmiente y el largo etc se encuentra con pajarillos de divertidos colores y graciosos piares.
Los papás también ponen de su parte. Al nene le pintan la habitación en dos tonalidades: Desde abajo a la mitad en verde pistacho, combinado con lila de la mitad hacia arriba. Para separar los colores estampan una preciosa cenefa con motivos florales, generalmente acentuada con polluelos revoloteando o haciendo cucadas sobre una fina rama.

El chiquillo va creciendo. En una de estas decide aprender unos bonitos versos para impresionar a dios sabe quien. Los poemas que va encontrando aluden casi siempre a los bellos cantares de los pajarillos, o incluso emplean la palabra -nido- a modo símil en infinidad de ocasiones. De esta manera vivimos engañados aceptando al ave como algo bello, hasta que un día nos tropezamos con Los pájaros de Hitchcock. El director inglés nos pone los pies sobre la tierra y de paso reparte una buena curita de humildad a todos los graciosos polluelos que nos han metido por huevo desde el día que nacimos.

Los pájaros son unos seres despreciables. A mi no me gustan. Los de grandes proporciones son dueños de una de las miradas más incómodas de aguantar. Huelen mal, ensucian tu coche, revolotean a medio metro de tu café en las terrazas veraniegas, y emiten sonidos desagradables. Todo ello sin hablar de los numerosos gérmenes y la cantidad de enfermedades macabras que van cargando mientras vuelan sobre tu cabeza. Y nosotros encima le echamos maíz en la plaza.

Es por eso que me gusta la peli de Hitchcock. Trata al ave como lo que es. Algo terrorífico. Me parece una cinta muy interesante además de tensa y adictiva. Rodada con escenas espectaculares y difíciles de olvidar.


Sí tengo, por contra, cosas que achacarle. La historia paralela a la de los pájaros, o sea, el tonteo que se traen la Melanie y el Mitch me parece absurdo. Muy poco trabajado el cómo se conocen y el por qué se vuelven a encontrar. Se ve todo como muy metido con calzo.
Adentrándonos en el cómo se conocieron, no me gusta tampoco que sea en una pajarería precisamente. Hitchcock parece demasiado impaciente por contar lo que vendrá más adelante.
Y el final también queda muy en el aire. En vez de a los créditos, parece que vayamos a la publicidad.

En fin, aun así le doy muy buena nota pues como dije, es muy adictiva e imponente.