Narrar el argumento de Mechanic es remontarse al viejo y clásico cine de acción y detallar paso por paso su inicio, su gloria y su decadencia. Como la mayor parte de las pelis de hoy, le acierta y la pifia por partes iguales.

Comencemos por el protagonista: la idea de venganza, la preparación, el profesionalismo, los trabajos "limpios"; la peli se adorna con todo tipo de lemas en los que luego, literalmente, se forrea para dar cabida al desenfreno. Porque el leiv motiv de El mecánico es nada más y nada menos que su meticulosidad a la hora de trabajar. Que chiste, porque en los papeles luego de cada trabajo realizado poco más y hace explotar al país entero. Sí, sí, sutileza.

La trama principal da vueltas como calesita, y la resolución final solo acentúa que acá es cuestión de tiros: porque de valores o sentido argumental bien gracias. En realidad, se trata de hacer ver al nuevo héroe, ya como el transportador, ya como este asesino a sueldo que no cumple lo que promete en los papeles. Es curioso, porque la figura principal termina por perderse, da igual si vemos a Jason o al oriental pudoroso cara-de-malo, las balas son y serán siempre las protagonistas. De él poseemos una cara, un gesto, es, como dice una de las críticas, la cara más inexpugnable del cine de acción actual. Muy cierto.

Y, como no, vale decir, como siempre, que la peli se deja ver, entretiene, como si esto bastara. Pero sí, basta, basta hasta que alguien diga basta. No va a ser pronto.