Primero de todo, decir que la imitación que hacen del mundo tecnológico actual con las rarezas y excentricidades de sus dirigentes y valores, es motivo más que suficiente para darle una oportunidad a está serie.

A falta de pocos episodios para que termine la sexta temporada, y con ello toda la serie, hay que admirar el hecho de que esta comedia, a pesar de que no ha sido de consumo masivo, se haya mantenido tantas temporadas con igual o superior calidad que en sus inicios. Y de ello sin duda hay que culpar a sus PERSONAJES (con mayúsculas): el quinteto de protagonistas principales (sexteto hasta el abandono del actor que hace de Erlich Bachman al final de la cuarta temporada) se sostiene por si solo al margen de las tramas externas o situaciones en las que se hallen. Son personajes bien construidos, muy particulares, cada uno con sus idiosincrasias que hacen de la serie una comedia ágil y adictiva.

Por un lado, tenemos al protagonista Richard Hendricks, un nervioso e introvertido programador, que a priori puede parecer un cliché, pero que pronto se convierte en un personaje con el que te identificas y con el que quieres compartir el éxito de su idea llamada Pied Piper. En sus divertidas desavenencias, forma un variopinto grupo con Dinesh y Gilfoyle (perfecta combinación de diferentes personalidades), Jared “Donald” (cada vez que habla te ríes) y por supuesto el charlatán Erlich. Juntos intentaran desenvolverse en el loco mundo de Silicon Valley partiendo de un revolucionario algoritmo informático para convertirse en una de las empresas más potentes del sector.

Lo bueno que tiene la serie es que continuamente surgen trabas a priori insalvables para el desarrollo de la start-up, pero que acaban solucionándose de las formas más divertidas y extrañas, pero siempre creíble, con lo cual quedas irremediablemente enganchado.

Es una pena que la serie termine en la sexta temporada, porque es una de esas series que puedes devorar fácilmente en tres días debido a sus inteligentes diálogos, sus originales personajes (tanto principales como secundarios) y su ritmo acelerado, siempre desde el punto de vista de informáticos y con lenguaje a menudo del mundillo.

Entre poco y nada tiene que ver con Big Bang Theory, siendo la del doctor Sheldon una serie mucho más ligera y orientada al “frikismo”.
Recomendada a aquellos que quieran pasar un rato divertido con una serie inteligente, personajes que recordaras mucho tiempo después de verla, y que alguna vez han sentido curiosidad por el mundo informático, tecnológico o empresarial.