Guillermo del Toro siempre ha estado vinculado al mundo de la fantasía desde Cronos allá por el 1993 pasando por El laberinto del fauno en 2006. Después de algunos desaciertos en los últimos tiempos, parece que Del toro hace las paces con sus seguidores y los brinda esta peculiar cinta para hacernos soñar.

Nadie podrá decir que La forma del agua no es una de las películas más originales del año y de los últimos tiempos también. Del toro con esta cinta nos quiere sumergir en un sin fin de metáforas con toque reivindicatorio ya que a cada dos momentos tenemos una nueva alegoría sacada de un cuento mágico pero que se transcribe perfectamente a la sociedad actual. Sólo él es capaz de mezclar guerra fría, con machismo, homofobía, marginación y a la vez darle una envoltura tan creativa que únicamente podemos quedarnos y disfrutar del momento.

Desde el minuto uno la película nos ofrece una parte técnica impoluta, una fotografía fabulosa , unos escenarios cuidados al detalle y todo ello bien presentado con una banda sonora extraordinaria, estos son los ingredientes con los que la película parte. Poco a poco vamos entrenado en los lodos de la película, y ésta va cogiendo forma para ir poco a poco adentrándonos en lo más mísero de hombre por un lado, en donde el poder y la ambición en el claro reflejo de una sociedad infectada, y para lograrlo tenemos a Shannon que hace un trabajo sobresaliente, dotando a su personaje de fuerza y dejando entrever quien es el verdadero monstruo y por otro lado tenemos lo más puro que nadie pueda imaginar, una historia de amor sin precedentes en donde Sally se come la pantalla sin decir ni una sola palabra, pero que es capaz de transmitir todo en todo momento, ella es el alma de la cinta, y nos regala un sin fin de momentos en donde quedaremos prendados de la labor que hace. Richard Jenkins, es el corazón puro de la película y el que nos hace sonreír, Octavia como nos tiene ya acostumbrados hace un buen trabajo y Doug es la criatura más humana que podamos ver.

En su recta final, la cinta sigue haciendo gala de su dominio de los escenarios y en donde Guillermo Del toro nos convence definitivamente.

En su parte negativa, sólo podemos puntualizar que falta algo de empatía entre la criatura y el espectador, un poder empático que nos haga sobrecogernos en ciertos momentos y abra el tercer ojo del espectador.

Como conclusión podemos decir que estamos ante una delicia de película, tan delicada y fantástica que seguramente haya que volver a ver por segunda vez.

Lo mejor: Guillermo creando un mundo de ensueño en mitad de una guerra
Lo peor: No ver quien es la criatura en la película
Recomendada: Si

@cineypunto