Si lo que busca es, simplemente, una película de mamporros, disparos, chicas de club ligeras de ropa, un protagonista musculado que se pasa media película sin camiseta, muertes y mínimo argumento, puede que esté de suerte: ésta puede ser su película.

El grueso del film se desarrolla en Amsterdam. Precisamente esto es lo mejor de la peli, poder contemplar algunas escenas, tampoco muchas, rodadas en esta bonita ciudad. La aparición de un sobreactuado Michael Madsen poco aporta al vulgar conjunto.

JD (Rik Sinkeldam) debe recuperar su identidad ya que apenas recuerda nada de su pasado, aunque sabe que alguien lo ha traicionado. Poco a poco, va averiguando y recordando información sobre su vida. Incluso se grabó en el antebrazo, con un cristal, un número que será una importante pista, emulando burdamente a “Memento” (también hay continuos flashbacks). Hay también chicas malas a lo “Sin city” y chicas buenas, como la protagonista, a la que no le faltará su look “Tomb raider” (Alison Carroll ya fue la imagen de Lara Croft para el famoso video-juego).
En definitiva, un batiburrillo algo alocado que sólo busca la acción sin otras pretensiones.