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Etcetera rating:
10
Sci-Fi A four-million-year-old black monolith is discovered on the moon, and the government (while hiding the situation from the public) sends a team of scientists on a fact-finding mission. Eighteen months later, another team is sent to Jupiter in a ship controlled by the perfect HAL 9000 computer to further investigate the giant object--but on this trip something goes terribly wrong.
Language of the review:
  • es
October 11, 2009
6 of 8 users found this review helpful
En 1968 Stanley Kubrick quería crear un mito, para ello quería conseguir una película que pudiera tener muchas interpretaciones diferentes. Hasta esa época no había películas de ciencia ficción buenas, con excepciones como “viaje alucinante (1966)” de Richard Fleischer o “la vida futura (1936)” de Richard Cameron Menzies, una versión del libro de H. G. Wells. En esa época la Unión Soviética dominaba el espacio y la NASA obtuvo fondos ilimitados por parte del gobierno, por lo que Kubrick predijo lo que seria el futuro espacial de la humanidad, o por lo menos, lo que el pensaba que ocurriría. El diseño y la construcción de los equipos espaciales eran de lo más real puesto que Arthur clarke ( guionista del film) tenia contactos en la NASA. Querían transmitirle al público las maravillas y la belleza del espacio, dando a entender que la tierra no es el único lugar con vida. Para ello fabricaron maquetas perfectas, formularon sus ideas para el efecto de la no gravedad, los escenarios invertidos y rotantes... Todos los elementos científicos y tecnológicos de la película estaban justificados. El instrumental geofísico, el modulo astronómico, el modulo de análisis químico, el modulo de comunicación, el modulo de hibernación, es decir, todos los módulos de la nace discovery debían ser exactos, realistas, ya la vez estar aprobados por los conocimientos científicos de la época.
En el momento en el que se ve la estación espacial destacada por el negro espacio infinito se oye el vals “El Danubio Azul” de Johan Strauss, creando en las mentes lo más bonito y elegante de la historia de las artes. Gracias a la música se crea el ritmo de la película. En el montaje se cuidó mucho este aspecto puesto que los planos duraban en función de la música.
Las maquetas se adornaban con pequeños trozos de plástico para cuidar el detalle, además los pequeños detalles en las naves hacían que fuera mas realista si cabe. En una de estas naves se puede leer en su exterior “ Pan American”.
Fue una revolución en cuanto a efectos visuales por su realismo, reinventando el medio de una forma muy vanguardista, y que aun a día de hoy sorprende el hecho de ver como todo el plató gira mientras la cámara sigue a Dave, o como los actores tienen que ir a ciertas marcas, si no quieren caerse por el plató rotante para simular el efecto centrifugador de la nave. Esto junto a los planos largos y musicales, hace que te fijes en todo. La utilización de la iluminación y los planos con la dolly son composiciones exactas. El respeto por el sonido es palpable en cada plano, mostrando cada sonido por separado, como la respiración del astronauta que funciona como música, mientras los objetos gigantescos se mueven de acuerdo con las leyes de la física. Otra cosa que sorprende es que cuando se hizo la película no había imágenes reales del espacio.
Una película atemporal
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details. View all
Etcetera
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