La pregunta del millón, se me ocurre, es ¿qué busca en realidad el personaje principal? Sus imprevisibles actitudes apenas permiten a veces intuir sus motivos. Lo cual, lejos de ser un defecto, me parece un gran logro, pues hace aumentar la tensión hasta extremos inconcebibles. La verdad es que si esta fuera una película más de temática gay no me molestaría en escribir nada. Si lo hago es porque esta cinta, a mi entender de un pesimismo descarnado, no idealiza en absoluto la homosexualidad. Antes bien, contiene secuencias de una verdad y una crudeza insólitas, y ello a pesar de que las escenas de sexo son mínimas.
Yo destacaría también el laconismo de la interpretación, mil veces más expresivo que la verborrea al uso.