Documental donde el polifacético realizador alemán Werner Herzog tiene acceso a la cueva de Chauvet, ubicada en Francia, un lugar donde se encontraron las pinturas rupestres más antiguas conocidas. Un espacio que pareciera haber sido abandonado por la concepción nuestra del tiempo por unos 20-30 mil años, que ofrece múltiples ideas respecto a los humanos de entonces, como vivían e incluso la fauna que existía, gracias a los restos fósiles encontrados.

Obras de arte que se muestran y explican con amplio detalle, pintadas por artistas incógnitos de hace miles de años que sin querer, han dejado un legado de inigualable valor. Da gusto ver los múltiples cuidados que se tienen en este lugar, tratando de preservarlo de la mejor manera para no dañar nada en su interior, los pasadizos construidos por donde se pueden mover, la cantidad de tiempo que se puede estar dentro, e incluso las limitaciones que Herzog y su equipo tuvieron para filmar, pero todo con un sentido de preservación.

Sin duda, es de agradecer a las autoridades que han dejado a este director escudriñar hasta donde le fuera posible en los rincones de la cueva, para así ofrecer a la humanidad algo a lo que de otra manera muy difícilmente tendríamos acceso. De no existir este largometraje documental, quizá se tendría acceso a eventuales fotografías pero sin mayor ahondamiento en los análisis y teorías a su alrededor.

Aparte, que la visión que ofrece un realizador como Werner Herzog es prácticamente sinónimo de garantía, sabedor del oficio desde un inicio llena de intriga el relato, su narración lleva al espectador de forma hipnótica, las intervenciones con los entrevistados no son formales, lo que hace que se sienta un acercamiento con dichos investigadores, además, y muy importante, se les nota la pasión que tienen por lo que hacen.

Cave of Forgotten Dreams es un gran e importante documento fílmico, sobre un lugar aún más grande e importante para la Historia de la humanidad.