Bueno, definitivamente este tipo no es para mí.
Es innegable la ocasional grandeza de esta película pero tampoco puedo girar la cara a la completa indiferencia que empecé a sentir tras una hora de andadura. Cuando llegué a los 160 y pico minutos que le dan forma y por fin pude dejar de escuchar a esa infernal banda de músicos que persigue constantemente a los personajes en las películas de este hombre, me quité un peso de encima, la verdad. Y eso que la media hora final es de lo mejor de la función junto al primer tramo, pero el daño ya estaba hecho. Por otra parte, comentar que el empacho de Fellini que se debió de dar Kusturica antes de filmar esta película tuvo que ser de consideración.