Esta fue la película que siguió a aquella maravilla titulada Beatiful Girls y pareciera que Ted Demme echó el resto en aquella. Bueno, de hecho, uno observa la filmografía de Demme y Beatiful Girls brilla como un diamante en el fango. Algún crítico la comparó con Malas Calles después de fusilar el minibar de algún hotel y supongo que aún habrá compañeros que lo señalen con el dedo cuando vaya por la calle, borracho perdido.
Aquí nos presenta una típica y tópica historia de bajos fondos irlandeses, ligeramente entrañable y poco más. Lo más remarcable es ver a un Greg Dulli haciendo de secundario cabrón y escuchar su voz cuando salen los créditos.