Es una película que a los pocos minutos de la segunda escena comienza a estresarte, el director logra generar tal tensión que logra hacer que te adentres en ella, haciendo que la tensión fluctué en diversos niveles de tensión y estrés; llega un momento en el que te dan ganas de entrar a la pantalla y también decirle algo a los personajes.
Todo sucede en un mismo lugar, lo que dificulta un poco la realización y mas aun con la utilización de cuatro cámaras como lo hace Polanski, y por lo mismo solamente se le escaparon un par de detallitos en donde una de las cámaras se ve en un espejo.
La fotografía es extraordinaria y el ritmo que utilizan es acelerado y esto también contribuye a que se sienta el estrés que mencionaba al principio.