El único punto que se trata de manera seria, porque no se puede tratar de otra manera, es la explosión de 2 artefactos en un avión que volaba de Caracas a La habana, en el cual volaban una delegación de deportistas cubanos que volvían de participar de las olimpiadas latinoamericanas, muriendo 73 personas. El abordaje a este tema empieza con la grabación que se recuperó de la caja negra de este vuelo, donde se escucha la desesperación de los pilotos tratando de hacer todo lo posible y lo imposible por controlar el avión, algo realmente estremecedor. Consiguen contactar con el "principal sospechoso", Orlando Bosch, y deciden ir a su casa a entrevistarle. Pues bien, este animal podría haberlo negado, podría mostrar arrepentimiento, podría haber pedido perdón, pero no, como buen terrorista-intelectual, decide confirmar su participación en el atentado, y encima, aprovechando la ocasión, afirmar que también hizo explotar otro avión unos cuantos años después. Pues bien señores, este ser vive felizmente y libremente en Miami, en un país que se jacta de ser el mayor luchador de la historia contra el terrorismo internacional, irónico, ¿no? Otro terrorista que se jacta de su participación en estos atentados es Posada Carriles, otro que vive felizmente en Estados Unidos.
Me gusta mucho una frase de un anticastrista que sale en este documental: "Luis Posada Carriles y Orlando Bosch no son anticastristas, ¡son terroristas!, que son dos cosas distintas". Será la primera vez que doy la razón a un anticastrista, pero es que soy incapaz de faltarle a la verdad.