Una comedia romántica que narra el encuestro fortuito entre dos personajes en un aeropuerto colapsado por una huelga general. Todo ocurre en pocas horas, como Antes del amanecer, con una pareja protagonista singular: ella no puede estar callada ni diez minutos, y él es un lobo solitario bastante reservado. Del choque entre estos carácteres dispares sale una comedia ligera, llena de buenas intenciones, una historia que sabemos que acabará bien y que, encima, queremos que acabe bien.

Jet Lag cae muy simpática gracias al oficio de Jean Reno y sobre todo al magnetismo, la chispa de Juliette Binoche, guapísima maquillada, recién duchada o llena de aceite en el gag más divertido del film. Una cena ligera para esos dias en los que no tienes demasiadas ganas de pensar y deseas creer en los cuentos infantiles con desenlace feliz. Hasta en eso Jet Lag se parece a una versión francesa, desaliñada y breve de la icónica Pretty Woman.

Que Binoche, que podría protagonizar la comedia norteaméricana que quisiese, prefiera trabajar en Europa y defender este romance de apenas 80 minutos es una prueba de lo inteligente y buena actriz que es. Así que hay que ver Jet Lag como una celebración, una de las pocas veces en los que el tono rosa de la trama evita las tonterías, clichés y ñoñerías típicas del género.

Xavier Vidal, Cinoscar & Rarities http://cachecine.blogspot.com