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seagal4ever rating:
6
4.8
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Sci-Fi. Fantasy. Horror
George Pan Cosmatos's Leviathan goes down as the single most derivative sci-fi/horror hybrid of the past several decades. Just how derivative is it? Alien helmer Ridley Scott could have (and probably should have) sued the pants off of Cosmatos - not simply for plagiarism, but for no-holds-barred copyright infringement. Every scene in this lackluster thriller may work on its own terms - in all fairness, Cosmatos demonstrates an apt ... [+]
Language of the review:
- es
November 17, 2009
9 of 12 users found this review helpful
Porque de lo contrario no puedo explicarme el motivo de tanta crítica negativa y de una puntuación tan mediocre. George Pan Cosmatos, infravalorado director donde los haya, dirige esta aventura submarina de ciencia ficción que tiene entre sus referencias obras tan dispares como la genial "Abyss", la no menos recordada "Alien" (Stan Winston está detrás del diseño de la criatura, y se nota), con toques de "Esfera", "Profundidad Seis", "La cosa" e incluso "Tiburón".
La ambientación de películas en las profundidades marinas no está tan explotada como debiera. Salvo algunos de los filmes anteriormente mencionados, pocas películas trasladan su acción a los fondos oceánicos. Un contexto que da mucho juego: es tan inhóspito como el espacio exterior, incluso más (al margen de la ausencia de aire, la presión es terrible), peligroso y, lo más importante: desconocido. Ya se dijo en su momento: "las fronteras científicas del siglo XXI son el espacio, el mar y la mente".
En la película de Cosmatos no se explora tanto el fondo marino en cuanto a lugar misterioso o lleno de elementos desconocidos para nosotros, sino más bien como un contexto para desarrollar un tecno-thriler que recuerda bastante a los de Michael Crichton. La plataforma minera y su diseño de producción son excelentes: los exoesqueletos, la claustrofobia que transmiten los angostos pasillos, llenos de tuberías por todas partes...
La ambientación de películas en las profundidades marinas no está tan explotada como debiera. Salvo algunos de los filmes anteriormente mencionados, pocas películas trasladan su acción a los fondos oceánicos. Un contexto que da mucho juego: es tan inhóspito como el espacio exterior, incluso más (al margen de la ausencia de aire, la presión es terrible), peligroso y, lo más importante: desconocido. Ya se dijo en su momento: "las fronteras científicas del siglo XXI son el espacio, el mar y la mente".
En la película de Cosmatos no se explora tanto el fondo marino en cuanto a lugar misterioso o lleno de elementos desconocidos para nosotros, sino más bien como un contexto para desarrollar un tecno-thriler que recuerda bastante a los de Michael Crichton. La plataforma minera y su diseño de producción son excelentes: los exoesqueletos, la claustrofobia que transmiten los angostos pasillos, llenos de tuberías por todas partes...
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details.
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Spoiler:
El plantel de actores, todos ellos secundarios claramente reconocibles, está encabezado por Peter Weller (aka Diego Forlán; sí, es cierto, cada vez que le miraba estaba viendo al futbolista uruguayo). Los personajes a los que interpretan: un par de tías buenas, un doctor brillante que pasa de la autoridad, un perturbado sexual, el negro gracioso (pensé que al final se iba a salvar el tipo, pero mira por donde muere de manera un tanto humillante, después de decir ese "parece que hoy no es nuestro día de suerte" mientras los tiburones le rodean; no pude evitar sonreír... En definitiva, un reparto plagado de figuras reconocibles de segunda fila que, si bien es cierto que no hacen interpretaciones memorables, cumplen correctamente con su cometido.
La dirección es totalmente sólida y transparente: sin florituras, pero con una gran visión de conjunto, muy eficiente al fin y al cabo. La historia está escrita por dos máquinas como son David Webb Peoples ("Blade runner", "12 monos", "Sin perdón") y Jeb Stuart ("Jungla de cristal", "El fugitivo"). Es una historia ciertamente interesante. Un tecno-thriller, pues si bien posee ciertos toques de ciencia ficción, se basa más bien en la manipulación genética y pronto toma los derroteros de un filme de terror y acción, el típico "survivor". La maquiavélica corporación para la que trabajan los mineros es otro punto a favor, al igual que su enlace: esa enigmática mujer que recibe un buen puñetazo al final del filme por parte de Forlán (¿o era Robocop?).
Mencionar especialmente a otros dos miembros del equipo. Jerry Goldsmith crea una partitura genial para transmitir las sensaciones de incertidumbre y tensión de los fondos marinos. Y Stan Winston, ya mencionado anteriormente, que creó un monstruo tan asqueroso como amenazante. Si bien es cierto que los efectos son un poco cutres, la opción de apenas mostrarlo en pantalla ayuda a que no cante demasiado.
Y llegados a este punto, yo me pregunto: ¿un 4.5 de media? ¿Qué me he perdido? Vale que no es una obra maestra, estamos todos de acuerdo, pero en verdad desconozco cómo puede haber tantos suspensos. Como película de acción con toques de ciencia ficción creo que cumple sobradamente. Y lo bueno es precisamente su falta de pretensiones. No nos quieran contar nada más allá de lo que nos muestran: un divertido y desagradable ejercicio de terror a 16.000 pies de profundidad. A mí me bastó, y quedé ciertamente satisfecho.
La dirección es totalmente sólida y transparente: sin florituras, pero con una gran visión de conjunto, muy eficiente al fin y al cabo. La historia está escrita por dos máquinas como son David Webb Peoples ("Blade runner", "12 monos", "Sin perdón") y Jeb Stuart ("Jungla de cristal", "El fugitivo"). Es una historia ciertamente interesante. Un tecno-thriller, pues si bien posee ciertos toques de ciencia ficción, se basa más bien en la manipulación genética y pronto toma los derroteros de un filme de terror y acción, el típico "survivor". La maquiavélica corporación para la que trabajan los mineros es otro punto a favor, al igual que su enlace: esa enigmática mujer que recibe un buen puñetazo al final del filme por parte de Forlán (¿o era Robocop?).
Mencionar especialmente a otros dos miembros del equipo. Jerry Goldsmith crea una partitura genial para transmitir las sensaciones de incertidumbre y tensión de los fondos marinos. Y Stan Winston, ya mencionado anteriormente, que creó un monstruo tan asqueroso como amenazante. Si bien es cierto que los efectos son un poco cutres, la opción de apenas mostrarlo en pantalla ayuda a que no cante demasiado.
Y llegados a este punto, yo me pregunto: ¿un 4.5 de media? ¿Qué me he perdido? Vale que no es una obra maestra, estamos todos de acuerdo, pero en verdad desconozco cómo puede haber tantos suspensos. Como película de acción con toques de ciencia ficción creo que cumple sobradamente. Y lo bueno es precisamente su falta de pretensiones. No nos quieran contar nada más allá de lo que nos muestran: un divertido y desagradable ejercicio de terror a 16.000 pies de profundidad. A mí me bastó, y quedé ciertamente satisfecho.