El título ya anticipa en torno a quién girará la historia de esta película, aunque la auténtica y total protagonista será su madre, interpretada magistralmente por una Patricia López Arnaiz quien no solo nos brinda una de las mejores actuaciones de dos mil veinte, si no de los últimos años, como confirman la cantidad de merecidos premios que ha recibido.

Y si ella es lo mejor de esta producción vasca, el guion no se queda atrás, relatando y retratando con sobriedad, pero sin tapujos, una realidad, dolorosa para muchas familias, con un estilo de dirección acorde a las circunstancias, introvertido y parco en palabras. Este sombrío tono, unido a la investigación que centra la trama, prácticamente hacen de este largometraje una reinvención modernizada del cine negro de antaño, aunque para variar, con una mujer al frente.

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