Durante aproximadamente la primera hora del film uno parece que lo va a pasar mal. La forma de contar la historia, con la típica camara subjetiva al estilo REC, el ambiente pseudo-realista de falso documental que tanto esta de moda hoy en día, la inmersión en llamada América profunda, y el ambiente generalizado que se crea cuando el reverendo-timador se da cuenta que, tal vez, se está enfrentando a un caso real de posesión; todo, por tanto, parece enfocar la película hacia un desenlace aterrador, al menos.
Pero todo se queda tristemente ahí. Ni las escenas del segundo exorcismo o cuando la posesión llega a su cénit son especialmente desasosegantes, ni la trama se cierra de modo hábil, mas bien lo contrario. De repente se incluyen personajes y una especie de sub-trama que no se nos ha filtrado de ninguna forma, y que deja con una extraña sensación de no saber muy bien siquiera si el director sabía cómo debía terminar la película.
Una claro ejemplo de lo que podía haber sido y no fue.