Brad Furman, quien hace unos años nos trajese la más que interesante "El inocente" (2011), pega un vertiginoso descenso en picado con "Runner runner", un thriller de piloto automático con las apuestas online como eje que, como primer gran acierto, empieza cimentando su trama sobre un enorme agujero de guion en el primer acto, lo que deriva en que sea muy complejo creerse nada de lo que viene después. Una película de vehículos que se transforman en robots gigantes y pretenden destruir el planeta suena muy absurda, pero cimentada sobre decisiones coherentes te la puedes creer, ahora bien, si tienes una trama de estafas y venganzas creíble pero la cimentas sobre decisiones incoherentes e irreales, adiós credibilidad. En "Runner runner" se nos presenta a un universitario que, en busca del dinero necesario para pagarse la carrera, apuesta todo lo que tiene en partidas de poker online, perdiéndolo. Y entonces, mientras la película nos vende el drama de que está sin blanca, viene el susodicho y, no solo encuentra pasta para pegarse un viajecito a Costa Rica, que barato imagino no es, sino que tiene incluso para permitirse una buena estancia. El agujero de guion creo que es importante, y acontece además en el primer acto, lo que deriva en no creerse nada de lo que acontece después. Yo, como espectador, puedo tolerar y tolero muchas cosas, pero si el que hace la historia no se la toma en serio no puede pretender que yo lo haga.
Una vez dicho lo anterior, "Runner runner" no es un film que tenga demasiados alicientes para ser relevante, ni antes ni después del visionado. Aparcando la inconsistencia de la trama, que tampoco mejora de segundo acto en adelante, el film es un viaje sin cambios de rasante, todo transcurre según lo previsto. "Runner runner" es previsible y tediosa.
Actoralmente tampoco hay mucho que rascar. Justin Timberlake me sigue pareciendo la cosa más aburrida y desechable que he visto en mucho tiempo, sigo sin saber que demonios ven en el; no me inspira absolutamente nada, solo me da pereza y desgana. Pero ahí está, currando con grandes realizadores no sabes muy bien como. Ben Affleck se termina contagiando con facilidad de la desidia general del producto, y Gemma Arterton muy bien en su papel de mujer florero. También transita por ahí Anthony Mackie habitando un estereotipo con patas de personaje. En fin, un circo.
En definitiva, creo que no he dicho nada positivo de "Runner runner", pero os animo a que si alguien se lo encuentra me lo haga saber.