De un tiempo a ésta parte George Clooney, en su faceta de director, se ha convertido en un tuercebotas con grave déficit de personalidad. No hay nada que relacione entre si sus últimos trabajos, cada uno es de una madre y de un padre. Hubo un tiempo, seguramente tras "Buenas noches, y buena suerte" (2005) y "Los idus de marzo" (2011), en que sí se atisbaba una línea editorial, por llamarlo de alguna manera. La mejor época de Clooney, que duda cabe. Pero la desastrosa "The monuments men" (2014), que poca o ninguna relación mantenía con las antes citadas, marcó el principio del fin.
"Suburbicon" vuelve a guardar cero relación, no solo ya con la etapa buena de George Clooney, sino también con la mala. Cada día sopla el viento por un lado diferente, y tengo el anemómetro que un día de estos echa la papilla. Y por establecer un baremo este film no llega al nivel de lo mejor de Clooney, pero sobrepasa sin problemas el listón de lo peor.
"Suburbicon" es una especie de juguetón thriller enclavado en la comedia negra, muy a lo hermanos Coen, que por momentos se refugia en el drama de trasfondo social. En fin, una desconcertante algarabía de géneros que acaba revelándose como una bestia indomable para el pobre de Clooney.
El primer borrador de "Suburbicon" lo armaron Joel & Ethan Coen allá por 1986. Pero posteriormente, seguro que por amiguismo, se lo cedieron a George. Éste y Grant Heslov, su co-guionista habitual, decidieron reescribirlo. Imagino que para darle más empaque, o para sentirse verdaderos autores, o yo que se para que. El caso es que el nuevo texto mezclaba lo ya existente de los Coen con la historia real de la familia Myers. Única familia de color en un vecindario blanco de Pennsylvania que les acabó haciendo la vida imposible por ello. Racismo y trascendencia, todo uno. Y el problema es que, por mucha nueva y ostentosa capa de barniz que le hayan querido dar Clooney & Heslov al guion, "Suburbicon" acaba quedando como un vulgar dos películas en uno en el que brilla más lo pretendidamente enmascarado que lo intencionadamente evidente.
El factor Coen salva "Suburbicon". Simple y llanamente. Bueno, eso desde el punto de vista de un amante de los hermanísimos. Quien no conecte con su cine, pues ni idea de por dónde saldrá. Una película a la que, además, le cuesta horrores encontrar tono —no tengo muy claro que lo acabe encontrado— y rumbo. De sutileza tampoco va muy fina que digamos.
En definitiva, a ver si te compras una brújula, George Clooney.