Los peligros que entrañaba el océano Atlántico durante la contienda, especialmente debido a los submarinos alemanes, son representados a la perfección durante la hora y media de duración del filme. Salvo los primeros minutos, que son utilizados para dar escasos detalles de la vida privada del comandante Krause -Hanks-, la película se centra inmediatamente en la acción más pura y dura, la caza de la 'wolfpack' -manada de lobos- formada por cinco U-Boot alemanes al convoy aliado.

Qué el título dirigido por Aaron Schneider ponga su foco en la acción tiene su parte positiva y negativa. Las espectaculares secuencias de combate, así como la tensión que desprenden esos angustiosos momentos, hacen que la obra, cuya narración es vertiginosa, no decaiga en ningún momento. Asimismo, la forma en la que está presentado el enemigo, prácticamente invisible pero arrogante debido a los mensajes de radio, es todo un acierto, ya que genera pavor y repulsa a partes iguales.

Sin embargo, el filme confiere muy poca importancia a los roles secundarios. Salvo los personajes interpretados por Stephen Graham y Rob Morgan, el resto de intérpretes pasan desapercibidos, cayendo así, todo el peso dramático en Tom Hanks. Un Hanks que, como es habitual, está de notable para arriba, con un papel que le va como anillo al dedo -no en vano, él se encarga de adaptar la novela de C.S Forester-.

Otro héroe más en la carrera del doble ganador del Oscar dentro de un filme que, por su espectacularidad visual, merecía haber sido estrenado en pantalla grande. Aún así, se trata de una opción muy recomendable. Un drama bélico bastante eficaz que satisfará a los amantes del género.

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