Las películas de Bourne han revolucionado las películas de acción y han influido muchísimo en todas ellas desde que salieron, incluso hasta en sagas que existían mucho antes de que ésta viera la luz del día (como las pelis de James Bond). Tanto es así, que una vez finiquitada la trilogía de Bourne, los productores no iban a dejar que la franquicia se fuera al garete así sin más.
Ahora nos encontramos una película de Bourne pero sin Bourne. Algo parecido a la serie que hay de Aida en la que no sale Aida, no sé si me explico. No sé, no parece tener mucho sentido.
Como película de acción sin más hay que decir que se trata de una peli entretenida, con ritmo y que se disfruta, no nos engañemos. Como película de la saga Bourne para mi gusto, ha bajado bastante el listón. Le hace falta más trepidación, si bien hay que reconocer que el esfuerzo para hilvanar los argumentos de la trilogía con el de esta entrega surten efecto y terminan casando.
En definitiva, una película de acción estimable pero que se queda corta si se compara con el resto de la saga y es que hacer una película de Bourne sin Bourne y, por mucha entrega que le ponga el bueno de Jeremy Renner, es complicado. Quizás hubiera sido mejor hacer simplemente un cambio de actor para el papel como ha pasado con Bond, Bruce Wayne (en ocasiones para mejor) o incluso Jack Ryan (una de cal y otra de arena) y Alex Cross (Ay).