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Ford Farleine rating:
7
Drama Stranded in a remote Iranian village, a French journalist is approached by Zahra, a woman who has a harrowing tale to tell about her niece, Soraya, and the bloody circumstances of her death the day before... As the journalist turns on his tape recorder, Zahra takes us back to the beginning of her story which involves Soraya's husband, the local phony mullah, and a town all too easily led down a path of deceit, coercion, and hysteria. ... [+]
Language of the review:
  • es
April 24, 2011
5 of 6 users found this review helpful
Es sintomático que esta película haya tardado tres años en estrenarse en España. También es muy revelador el estreno tan modesto que tuvo y el poco bombo que se le dio en este país. ¿Por qué?. Pues muy sencillo. Porque se trata de una descarnada visión en tono casi de documental de una de las prácticas más deleznables, rastreras y reprobables ideadas nunca por el ser humano: la lapidación de mujeres. Y esto en la España del buen rollo, de la alianza de civilizaciones y del feminismo de opereta no está bien visto. Aquí no podemos permitir que se nos cuente la verdad de lo que ocurre en un país de ideología medieval, con un régimen totalitario y teocéntrico en la que la religión invade hasta el último campo de la vida cotidiana de sus habitantes. No, eso no. Hay que aliarse con ellos, ver con buenos ojos que lapiden a mujeres inocentes, que quemen a homosexuales y que encarcelan a los que se atreven a pensar sin seguir los dogmas más intransigentes de la religión. Hay que llevarse bien y hay que aliarse con ellos, incluso con los que no tenemos nada que ver y los que pisotean a sus semejantes. No sea que digan que somos unos intransigentes por no respetar sus costumbres y unos fascistas, como demuestran los más de trescientos años de tradición liberal occidental, así que toca hacer la vista gorda. Todo sea en nombre de la paz y el consenso. Y por otro lado, las feministas que sólo se preocupan por decir "miembras", "estudiantas" y polleces semejantes, no ven que en el mundo hay mujeres que viven en condiciones infrahumanas en las que sus derechos son violados una y otra vez (a veces no sólo sus derechos) y que mueren como animales. O si lo ven no le hacen ni puto caso porque esto para ellas no es lo importante ya que no les da de comer. No pueden montar su chiringuito por esta causa, da más dinero tonterías como el ecofeminismo. Lo capital es decir sandeces como que el lenguaje es sexista y por eso hay que preguntar por la "descendencia" en vez de por los niños y hablar de "progenitor A y B" en vez de padres. Claro. No le vayas a dar un balón a tu hijo cuando sea pequeño o fomentarás los juegos sexistas y si se te ocurre regalar a tu hija una muñeca estás perpetuando su esclavitud social (?). Eso sí es importante. Que se denuncia la barbarie no.
En otro orden de cosas, la película, aparte de lo anteriormente descrito, tiene un estilo firme y realista, llegando incluso a ser descarnado en algunas escenas. La escena de la lapidación es demasiado violenta aunque necesaria. Habrá quien la tilde de sangrienta (que lo es) e innecesaria y serán los mismos que idolatran la violencia de Tarantino. Y habrá quien la tilde de manioquea. Pero es necesario algo de extremismo en la caracterización de los personajes a la hora de hacer una denuncia tan grave. Lo más importante para mí es la valentía del film. Hacen falta películas así para que nos abran los ojos.
Ford Farleine
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