Histórica cinta la que protagonizó C. Eastwood allá por el ´79 basada en hechos reales sobre la más famosa fuga carcelaria: la Fuga de Alcatraz.

Una prisión prácticamente inaccesible, en una isla (toda roca) de la bahía de San Francisco rodeada de tiburones, o eso se decía. La temperatura media de la bahía era de 10º. En ella coincidieron cuatro presos que se creían capaces de conseguir lo imposible, o al menos lo que hasta ese momento nadie había conseguido, escapar de "La Roca" con vida. Para ello organizaron un plan sumamente ingenioso y elaborado. En la última noche, uno de los cuatro (Charlie Butts en la película) se echa para atrás y decide no escapar, nadie sabe por qué. Los otros tres, nunca se supo de ellos, hay decenas de teorías cada cual más inverosímil, aunque en casi todas ellas coincide algo, uno de los presos murió ahogado.

Cuando una persona se siente tan agobiada, como si tuviera una camisa de fuerza a todas horas, sin posibilidad de hacer prácticamente nada, sabiendo que hará siempre lo mismo cada día de su vida, o quizás gran parte de ella, y además rodeada de muchos otros delincuentes, cada uno más peligroso que el otro, es capaz de pensar en lo imposible, o de arriesgar su vida si para ello puede conseguir su ansiada libertad. Por eso, nosotros, al saber de historias como ésta, queremos creer que consiguieron su objetivo, aunque fueran delincuentes peligrosos. Porque queremos pensar que siempre habrá esperanza de conseguir cualquier cosa que antes no se haya conseguido.