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Spain Spain · Shangri-la. Andalucía
Maggie Smee rating:
3
Comedy. Action A group of friends who meet regularly for game nights find themselves trying to solve a murder mystery. Bateman and McAdams star as Max and Annie, whose weekly couples game night gets kicked up a notch when Max’s charismatic brother, Brooks (Chandler), arranges a murder mystery party, complete with fake thugs and faux federal agents. So when Brooks gets kidnapped, it’s all part of the game…right? But as the six uber-competitive gamers ... [+]
Language of the review:
  • es
April 30, 2018
18 of 35 users found this review helpful
Esto de que inviten al cine tiene sus riesgos. En este caso no creo que alguien se pueda llevar a engaño. Nadie podría llegar a pensar que, de entrada, se trataba de un buen film, lo que pasa es que para mí tampoco se trata de un film intrascendente para pasar el rato. Muchas lucecitas verdes, demasiadas, por parte de la crítica “especializada” le daban su aprobación de manera inexplicable. ¿Entienden por esta birria que sea, no ya un pasatiempo, si no una comedia que les ha hecho gracia? ¿Ese es el nivel que tienen? Ya que han desperdiciado un tiempo irrecuperable, si hubieran tenido que pasar por taquilla y pagar, ¿opinarían igual?


El mayor error es que “Noche de juegos” para colmo es calificada como comedia negra... y eso sí que me parece un mal chiste que salta a la vista. Carece de mala leche y desaprovecha las situaciones que podrían haber sido más hirientes. Su clima es “naif” y se basa en chistes y situaciones en su mayoría ya conocidos tanto por películas como por series. Los giros en su narración se producen por la cara, muchos son forzados, y quizás de lo más desafortunado es que, la mayoría de los actores que integran este pobre vodevil, se consideran que frente a la cámara están graciosos, que es lo peor que puede ocurrir en una comedia. Eso lo juzgará el público, pero el pretender ser “gracioso” en una situación cómica es como cuando ves teatro del malo, habitualmente de aficionados, o una serie “potativa” con risas enlatadas. Y eso parece que le gusta al “gran público” pero creo, al menos en mi caso, habría que precisar qué es comedia o qué es lo que a cada cual le puede divertir.


Rachel McAdams junto a Sharon Horgan están más soportables que los protagonistas masculinos, Jason Bateman y Kyle Chandler. Lamorne Morris y Kylie Bunbury, la pareja de color, son quizás los más cargantes. Billy Magnussen, como Ryan y Jesse Plemons, como el inquietante y desaprovechado Gary cumplen mejor, aunque es Olivia, la perrita que encarna a Bastian la mejor del reparto. No lo digo como insulto, es que sale en las escenas más logradas aunque no estén tampoco del todo rematadas.


La película arranca con unos bonitos logos de su productoras, pero es al final cuando aparecen sus créditos, cuyo diseño no está mal y que el público asistente ni se quedó a verlos, como suele ocurrir. Es normal ver cómo se marchan del cine antes de tiempo. Cuando den pases por televisión de esta película no creo que pongan todos sus créditos, así que no creo que vean lo que se perdieron, pero cuando concluyen la película continúa e incluye una escena sorpresa, quizás lo más gracioso de este batiburrillo. Eso es como ir al teatro y no quedarse a aplaudir o ir a un concierto y marcharse corriendo, perdiendo sus posibles bises. Merecido se lo tienen por no saber comportarse y quedarse hasta el final.


Cliff Martinez a la banda sonora hace su trabajo, sin más. Es un compositor interesante pero en esta ocasión se ha limitado a lavar y marcar. El resto del equipo técnico hace también lo mismo, porque tampoco se requería más.
John Francis Daley y Jonathan Goldstein dirigen más preocupados por lo técnico más que por lo artístico, que de eso había poco.


El guión de Marc Perez nace del estilo de la saga de “Aterriza como puedas”, aunque no parta de ninguna parodia y su resultado no sea tan gracioso. Es como un intento de refinar cualquier secuela de “Scary Movie” o cualquier sandez de ese tipo, añadiéndole citas cinematográficas actuales en sus diálogos, incluyendo algún que otro spoiler sin importancia, pero donde no hay contraste de personajes, donde todos insisten en caer bien y nada les afecta “en serio”. Puede que lo peor sea su mensaje final que lanza la pareja protagonista, revestido de un aspecto de inofensivo, como de comedia romántica, pero que es asqueroso y se adentra en el género más conservador de la peor calaña.


No creo que sea de lo peor que he visto, pero más que me pretendan vender la moto, no se trata más que de una irregular comedia que a duras penas me hizo sonreír, y ojo, como viene siendo habitual en la mayoría de las películas “mainstream”, con un primer final abierto antes de los créditos, por si se puede hacer una segunda parte, y una tercera y todas las que hagan falta mientras les proporcionen dinero.
Maggie Smee
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