Trasponer (jamás se puede "adaptar") un clásico de la literatura que es, además una distopía fundacional del género, escrita por el que le considera uno de los más importantes representantes del pensamiento postmoderno como Huxley. es una tarea difícil si es que se quiere respetar el sentido de la obra original y mantener, aunque sea un poco, la profundidad del texto.

Lamentablemente la serie es yankie -con todo lo que ello supone- por lo que, de la misma manera que no se le puede pedir peras al olmo, tampoco se le puede pedir a un guionista y un director yankie que sea profundo en su discurso, ni que arme personajes con la complejidad psicológica que en el libro original tiene. Nada de esto está presente en la serie. A cambio de eso se place en presentarnos como elementos atractivos lo visual a través de ambientaciones de buena factura pero se olvida de cualquier cosa que esté más allá de lo evidente (de lo que está delante de los ojos). El producto así logrado es "agradable" pero soso, pues tiene el mismo vuelo que una gallina (que apenas se despega del suelo).

Y esto es, en líneas generales, lo que pasa. Los cambios elegidos para potenciar o modernizar la historia están al nivel del espectador medio yankie (que es decir muy poca cosa); así que terminan siendo ligeramente perjudiciales al caer en un pantano de cosas ya vistas. No es fácil no pensar, sin ir más lejos, en 'Westworld' o 'Black Mirror' según van pasando las escenas. Todo es paradójicamente genérico.

Es culpa, en parte, es de un guión increíblemente estándar y un director que, como casi todo director yankie, no va más allá de lo superficial y que están con poco ánimo de estimular las mentes de los espectadores.

En fin... otra serie yankie más, con mucho de lo visual y muy poco de lo profundo.

Una serie tan agradable y fácil de digerir como los pochoclos (palomitas de maíz) pero también muy poco "nutritiva".

Se olvidará fácilmente.