No recuerdo una sola escena que me impacatar, o que me haga pensar que voy a acordarme de esta película dentro de, no sé, dos años o así, pero tampoco recuerdo un segundo de sopor o aburrimiento en toda la proyección. The Pact hace lo mismo que todas, pero lo hace bien. Es cierto que Nicholas McCarthy tiene cierto arte para todo. Sus sustos, aunque típicos, se muestran desde una perspectiva engañosa que pretende camuflar precisamente esa poca originalidad.

La estructura es la de siempre, lo que acentúa mucho más esa inexplicable fórmula del éxito. Muchacha que se dedica a investigar una serie de hechos paranormales y que acaba descubriendo todo el percal. Es cierto que la película acaba tornando al thriller ya por el final, y el antagonista es lo suficientemente tétrico como para que dudemos si es humano o es otra aparición.

Miedo como tal no da, inquietud, creo que tampoco. Creo que me causó más de todo eso el ver a Casper Van Dien en pantalla y que no se pusiera a matar insectos para Verhoeven. El actor lo hace bien, aunque sea solo por inesperado, como también lo hace Caity Lotz, pero sin llegar a brillar en ningún momento.

No esperes nada original ni fuera de serie, pero no tener un momento de tedio o de investigación clásica del fantasma en cuestión le da cierto encanto.